Os propongo uno de esos pequeños viajes en el tiempo a los
que de vez en cuando me gusta aventurarme. Hoy, nuestro destino será una
desvencijada casucha, de esas en las que la madera cruje a cada paso. Está
situada en uno de esos lugares recónditos, perdidos de la mano de Dios. Pero,
como decía, para llegar tenemos que retroceder en el tiempo más de tres
décadas, hasta 1981.
“The Evil Dead” (o “Posesión Infernal”, si optamos por el
horroroso título en castellano) es uno de los grandes clásicos del terror de
serie B. La película fue dirigida por Sam Raimi y obtuvo en 1983 el Premio
Saturn a la mejor película de bajo presupuesto (no llegaba a los 400.000 $)
La historia de “The Evil Dead” es la de cinco jóvenes que
deciden pasar un fin de semana en plena naturaleza. Para ello, alquilan una
baratísima cabaña en un lugar apartado de todo. Cuando llegan, descubren en el
sótano un extraño libro, varios objetos rituales, y una grabadora. Al
reproducir la cinta que contiene, la voz del antiguo propietario de la cabaña
comenzará a recitar algunos fragmentos del libro, convocando algo maligno.
No es que yo sea muy amante de las películas de serie B,
pero suelen tener algo de lo que a veces carecen las grandes producciones: van
al grano. Este es el caso, pues “The Evil Dead” no necesita más de diez minutos
para plantearnos la situación. Al cuarto de hora, como diría una que yo me sé, ya
se ha liado parda.
La historia es muy sencilla y lineal, sin sorpresas ni giros
inesperados. Entretenida, y muy en la línea clásica. Corta, precipitada a veces,
y con largas escenas de tensión de esas que nos mantienen pegados al sofá, a la
expectativa. Con esas situaciones imposibles de acción y violencia, en las que
la falta de presupuesto se suple con una exageración constante. Nuestros
protagonistas son totalmente típicos, desde el bromista Scott, escéptico hasta
verse superado por los acontecimientos, hasta la miedosa y sugestionable
Cheryl.
Siempre me resulta complicado hablar de cine cuando tengo
que retrotraerme tanto en el tiempo. Precisamente porque carezco de esa
perspectiva, la del tiempo. Sería demasiado simple ponernos a ver hoy “The Evil
Dead” y decir que es mala, obviando los treinta años de desarrollo en la gran
pantalla que han transcurrido desde su estreno.
Si os gusta el terror clásico o sois fan de la serie B,
disfrutaréis como enanos.
Pese a los avances en estos años, el sabor de lo clásico siempre nos trae buenas sensaciones, o por lo menos a mi. Esta no la he visto, pero es que yo el terror lo miro con precaución y a ser posible en compañía, jajajja. Besos
ResponderEliminarYo, sinceramente, las pelis de terror creo que las disfruto más sólo, aunque también veo muchas en compañía. Prestas más atención, te ves más atrapado en la historia si estás solo, de noche y sin distracciones. Aunque también compartirlas con alguien puede estar genial. Sobre todo, si uno de los compañeros es muy miedoso (insértese aquí un Rober con sonrisa diabólica y frotándose las manos) :P
EliminarUn besote, Marilú!
Jajajajaja, el Rober de la sonrisa diabólica no me inspira confianza, ¿eh? esos son los peores!!!
EliminarSabiendo esta debilidad mía, un día el padre de una amiga me "sorprendió" mientras veíamos una peli del estilo, imagínate el resto!
Siempre está el típico, jajaja. También te digo una cosa. Cuando te lo hagan, espera el momento y devuélvesela :P Descubrirás que l@s que asustan son los que más miedo están pasando, lo hacen para distraerse ;) xD
EliminarBueno, no te voy a decir que este tipo de películas me llamen demasiado la atención, pero se le podría dar una oportunidad. Cuando he visto la foto del cartel promocional lo primero que he pensado es que era la estatua de la Libertad jajaja (ilusiones ópticas).
ResponderEliminarBesitos
Tiene un aire, Mar, no es tan terrible jajaja.
EliminarPor lo menos, te funcionará como peli palomitera de domingo si no eres muy fan del género ;)
Besitos!
Uy me la apunto!que encima hace tiempo que no veo de terror.
ResponderEliminarUn beso!
Besotes, Lesincele, que la disfrutes! ;)
EliminarLa he visto, hace unos cuantos años.
ResponderEliminarEn esa época en que me apagaba las luces, cogía unas palomitas, y las veía por la noche. Luego resultó que muchas de ellas las recuperé gracias a una costumbre que tuvo telemadrid de ponerlas de madrugada si era viernes trece o martes trece, lo mismo daba.
Me pirran estas casas encantadas, Amityville, las que están junto a cementerios o sobre tumbas indias, aquellas que esconden un cadáver entre dos muros falsos y, como no, las que llenan sus pantallas de televisión de estática. Cómo no voy a mirar con recelo cualquier depósito de agua si un niño se ahogó en uno y su pelo salía cada vez que abrían el grifo?
Lo confieso, disfruto con palomitas y buena compañía.
Besos
¡Oh, Amityville! Esa casa que me contagió mi gusto por el terror y el misterio. Desde que leí, casi por casualidad, la novela de Jay Anson, me atraparon todos estos temas, y hasta ahora.
Eliminar¡Las palomitas son indispensables! :P
Besos!