"La Rastreadora" (Antonio Lagares)

El mundo de amazon y la llamada generación kindle ha traído ya alguna sorpresa a este Desván. La novela que hoy comparto con todos vosotros es precisamente una de las que están arrasando en amazon, y se mantiene entre las cinco más vendidas. Sin duda atraído por ello, coloqué a Antonio Lagares y a “La Rastreadora” en mi estantería, en este caso virtual.

Nuestra rastreadora es Élyran, y tiene una misión: rastrea mentes. Es capaz de captar cuales son especiales, inestables,  y es capaz de penetrar en ellas. Ya desde el comienzo de la historia se nos presenta a su objetivo: Miguel, un vagabundo al que siempre encuentra postrado a las puertas de una iglesia. Poco tardará el lector en comprobar que la mente de Miguel dista mucho de ser una más, y se convertirá en un auténtico desafío para Élyran.

La mayor fortaleza que he encontrado en esta novela está en su originalidad. Quizá exista pero, en mi caso, no creo haber leído nada parecido a “La rastreadora”. Una trama atípica, innovadora, algo que si echamos un vistazo al panorama literario actual tiene de por sí un enorme mérito. También sus riesgos, como todo lo que sea desmarcarse de la tendencia, pero el autor parte con un importante punto a su favor.

A veces tendemos a asociar las tramas más psicológicas con sorpresas, con giros y bruscas variaciones en la línea argumental. No es precisamente el caso. Esta novela guarda sus sorpresas, pero no es lo que más destaca en ella. Es psicológica por el hecho de que las aventuras que se nos narran plasman lo que es casi un viaje a lo más fondo de una mente, y a lo que enterramos en ella, ya sea consciente o inconscientemente.

Los dos personajes que sostienen esta trama, Élyran y Miguel, son de esos que parecen destinados al enfrentamiento, como confeccionados para chocar durante todo el desarrollo de la historia, desde el principio. Ambos son orgullosos, aunque veremos cómo su confianza flaquea en momentos muy determinados. Eso hace que cambien y que se desarrollen, estamos ante una de esas historias que no tendrían sentido si sus personajes fuesen planos. Es precisamente la profundidad que logra el autor lo que los sostiene y los hace fundamentales. Especialmente en el caso de Miguel, psicológicamente inestable y bien esculpido y ubicado en la trama, dada su complejidad.

El uso del diálogo es quizás el mayor recurso de Lagares para presentarnos a los personajes, por un lado, y para dotar de algo de ritmo a la trama. Tornarla asfixiante y opresiva, incomodando al lector. Lo consigue recurriendo a una jerga muy vulgar entre los protagonistas, quizás demasiado en algún punto, pero muy efectiva para hacernos una idea de cómo es Miguel, y cómo nuestra Rastreadora.

Me encontré pese a ello con una historia algo pausada dentro de lo que es el thriller. Da la impresión de que a veces adolece un poco de ritmo, y tiende a ser algo iterativa en algún punto, lo que le resta bastante dinamismo. Estamos ante una trama que en su mayor parte está narrada en presente y de forma lineal, pero nos toparemos con algún flashback en forma de recuerdo que nos hará conocer más acerca de nuestros dos protagonistas.

Si os apetece leer una historia diferente, de esas que además dejan espacio para la reflexión final del lector, “La rastreadora” puede ser una opción muy válida.