"63 claves para escribir buenos microrrelatos"

Mi intención en este Desván, siempre lo digo,  es compartir con vosotros historias. Unas me han parecido mejores, otras más del montón, y otras prescindibles. Unas vienen maquetadas entre páginas, y otras encuadradas en la pantalla.  No importa cómo me lleguen: al fin y al cabo todas son historias. Unas piden un mayor ejercicio de imaginación, otras uno de observación no menos fascinante. Pero, casi siempre, una entrada es sinónimo de una historia.

Hoy, quiero hacer una excepción, porque lo que os traigo es un puñado de historias. Un libro de los finitos, con pocas páginas, pero muchas historias. “63 claves para escribir buenos microrrelatos” es una compilación que recoge algunos de los relatos participantes en el I Certamen Internacional MundoPalabras de Microrrelatos. Los relatos ganadores son los primeros con los que nos encontramos. Les siguen los finalistas y, por último, otros seleccionados por el propio jurado. Cada relato incluye, además, un consejo útil para quien se anime al ejercicio de escribir en este formato.

Si ya me pierdo a veces releyendo relatos, un formato que me encanta, imaginad lo que puede ocurrir con estos micros. El minimalismo explotado al máximo, una idea trazada con las mínimas palabras posibles, a veces con cuatro escasas frases es suficiente. Si algo puede sacarse en claro de este libraco es que para hacer sonreír, sorprender o emocionar no hacen falta trescientas páginas.

No todas las historias son magníficas, sería imposible. Las hay que me han dejado bastante indiferente. Pero hay otras, varias, que han conseguido su propósito. Me han sorprendido, me han hecho reír o he empatizado con el autor, todo eso prácticamente en un flash. Y curiosamente, no son los relatos ganadores los que me han dejado un regusto más agradable. Si una novela puede ser muy subjetiva a veces, definir un micro, en el que lo que no se escribe tiene a veces tanta importancia como lo que aparece en el papel, es casi una osadía.

Un libro lleno de pequeñas historias. De pequeñas soledades. De pequeños amores. De pequeñas reflexiones, relámpagos de humor, críticas y hasta alguna crueldad. Uno de esos libros a los que regresar. No he podido evitar doblar las esquinas de algunas páginas a medida que leía. Como ese viajero que sabe que volverá a recorrer la misma ruta y señala los puntos más importantes. Sabe que la próxima vez que se crucen en su camino pondrá más atención en ellos, observará y podrá recrearse con calma. ¿Quién sabe? Quizás rescate un recuerdo. O quizás descubra cosas que al principio no había visto.

Gracias infinitas a Rosalía, que organizó el sorteo con el que conseguí el ejemplar. Me habría perdido, de otro modo, un pequeño tesoro.