Anarchy: la noche de las bestias (2014)

Más o menos a estas alturas del verano pasado, James DeMonaco nos traía The Purge a las carteleras, precedida de un éxito más que rotundo en la taquilla norteamericana.  Y su secuela ha llegado a España en una situación realmente parecida. Porque pese a triplicar en presupuesto a su predecesora, “Anarchy: la noche de las bestias” se ha encontrado con una acogida bastante notable, al menos en cuanto a cifras.

Esta “Anarchy” mantiene con acierto la premisa argumental en la que radica, creo, el auténtico éxito de este par de filmes. Nos situamos en un futuro próximo, en una sociedad aparentemente apacible: baja tasa de desempleo, poca criminalidad e incluso disminución de la pobreza. Todo muy utópico, a priori, hasta que descubrimos cómo se las apaña el gobierno de los Estados Unidos para lograrlo. Cada año se celebra la llamada Purga, una noche en la que prácticamente no existen ley ni reglas. Doce horas en las que el crimen es totalmente legal en las calles, sin apenas límites.

Así, la gente tiende a refugiarse en sus casas y a invertir en seguridad, como nos mostraba esa atmósfera cerrada y casi claustrofóbica de la primera parte. Esta secuela, sin embargo, es un tanto distinta con una ambientación más abierta, más personajes, y más campo para el argumento y el guión. Sin grandes nombres en el reparto, la historia se articula en torno a varios personajes que, por algún motivo, permanecen expuestos al peligro en las calles durante la Purga. Todos variopintos, con motivaciones y objetivos distintos, pero a quienes veremos unidos en este thriller.

Quizá esta “Anarchy” sea precisamente eso, un thriller más al uso que la anterior entrega. Un tanto más trabajada, con un ritmo más que asequible y algún que otro giro argumental pasable que la enriquece. James DeMonaco nos deja una pizca más de tensión y ahonda más en esa idea de La Purga, aquí mucho más politizada y con una carga crítica aún más acentuada.

Una buena película en definitiva, lejos de la excelencia pero muy efectiva, de las que nos hacen ver volar el tiempo. Y un filme con el que DeMonaco parece demostrar haber encontrado todo un filón con esta idea de La Purga. Y es que estamos ante uno de esos casos en los que, en torno a una idea, parecen poder construirse montones de historias. Al menos a priori.