Cuéntame una noctalia (Mónica Gutiérrez)

A veces este Desván se torna un tanto tenebroso, algo oscuro con las historias que van pasando por aquí. Y de vez en cuando no está mal romper la tendencia y dejar pasar un poco la luz. La historia que hoy me he traído me parece perfecta para ello, porque si tuviese que definirla en un par de palabras quizá lo haría precisamente así. “Cuéntame una noctalia”, de Mónica Gutiérrez es una historia luminosa. Cálida ante todo.

Nuestra protagonista es una mujer acomodada en Londres, con un buen empleo en uno de los hospitales más prestigiosos de la city. ¿Qué podría impulsar a alguien a abandonar una vida así? Poco a poco vamos intuyendo algún destello, pero lo relevante es que Grace lo hace. Deja atrás su vida y regresa a su casa, a su pasado, junto con el resto de su familia. O, lo que es lo mismo, a Mic-Napoca: un pintoresco poblado enclavado en Transilvania.

Grace regresa y nos lo cuenta, haciéndonos partícipes de una particular nostalgia que la hace reconciliarse consigo misma, con facetas que pronto descubre que casi habían desaparecido. Todo en Mic-Napoca, cada calle, cada rincón y cada uno de sus habitantes, se convierte en algo singular. Mónica consigue ir construyéndonos esa impresión a través de una prosa evocadora, llena de matices, y con un acertadísimo equilibrio entre narración y diálogo.

Lo más original e innovador está, para mí, en esa ambientación. Ese universo aislado del resto del mundo que Mónica nos va tejiendo y que sitúa, además, en un contexto muy concreto. La trama en sí, con su carga romántica incluida, la hemos visto más veces, narrada de otros modos. Pero aún así funciona. Se acopla al estilo narrativo, al perfil de los personajes, a esa atmósfera entre bucólica y mágica que parece impregnarlo todo.

Una historia que disfruté también en sus detalles, en sus dejes de humor, y en esos diálogos que muestran más a veces que cualquier descripción. Incluso con esas referencias literarias, sonriendo entre las Paparruchas de Dickens y descubriendo, en esa Odisea de Homero, toda una analogía.

Una buena historia para desconectar, para sonreír, para viajar a otros mundos. Lugares en que los cafés calientan el ánimo. Lugares tan diferentes que nos permiten, por un rato, creer en finales felices. Porque en Mic-Napoca parece imposible que quepan otros. Una breve historia de búsqueda, en definitiva, que deja un agradable regusto nostálgico.