Capitán Phillips (2013)

Siempre digo que lo basado en hechos reales, tanto en la literatura como en el cine, suele tener una fuerza especial. No importa que sepamos que, de cara al cine y a lo visual, seguramente todo se haya dramatizado y hecho más espectacular. El simple hecho de estar ante una base que no bebe simplemente de la ficción nos predispone, al menos en mi caso.

Paul Greengrass nos dejaba el pasado 2013 uno de esos filmes inspirados en un hecho real: “Capitán Phillips”, con Tom Hanks como indudable cabeza de reparto, y con la historia del Maersk Alabama, un buque americano víctima de un grupo de piratas somalíes.

Como casi siempre que me voy a Hollywood y suelo señalar ese patriotismo suyo como uno de los puntos negros, para una vez que creo que no ha sido para tanto, habrá que reseñarlo. Existe y está ahí en un par de detalles, en ese despliegue casi militar tras el secuestro del buque, por ejemplo. Pero logra convertirse en algo casi anecdótico, que permanece en un segundo plano, más que en una excusa para mostrar la banderita de turno.

El filme, más allá, creo que plantea un fenomenal tratamiento de la tensión desde su inicio. Es una constante, y se convierte en algo más denso y más claustrofóbico hacia la segunda mitad de la película. No necesita de una acción trepidante, ni de un ritmo espectacular, para mantener al espectador pegado a la pantalla.

En el aspecto interpretativo, Tom Hanks sin duda aglutina la mayor parte de la carga del filme, muy convincente especialmente en ciertos picos dramáticos, sobre todo hacia el final de la cinta. Tampoco está nada mal el somalí Burkhad Abdi en el papel de Muse, el líder del grupo de piratas asaltantes. Sin duda la sorpresa de todo el reparto, en su primer gran papel en la gran pantalla.

Esta “Capitán Phillips” es eso en definitiva: es tensión y es dramatismo realmente bien administrados, sustentados en un Tom Hanks que roza lo soberbio en alguna escena.