En la historia que he querido
subirme hoy al Desván hay muerte. Una muerte oscura, truculenta, deleznable. Y
nos topamos también con un predominante componente de investigación. Y sin
embargo, diría que “Nudos de cereza”,
la última novela de Ignacio Cid,
está bastante lejos de lo que consideraría una novela negra.
Marcos es nuestro protagonista.
Un periodista que se encuentra sumido en una profunda crisis matrimonial que
estalla ante sus ojos. Así le conocemos, atrapado en un estado entre apático y
depresivo que le impide desligarse de su pasado. Un pasado personificado en la
figura de Carol, su hermana, brutalmente asesinada años atrás. Marcos se nos
perfila como ese hombre que nunca ha logrado forjarse una vida sin desprenderse
del todo de aquel recuerdo, de aquel episodio. Y ahora, atrapado en un presente
cada vez más caótico, la muerte de su abuela y la aparición de unas crípticas
notas que alguien le escribe harán reflotar toda aquella historia. Aquel
asesinato, impune en su día, surge para abrazarse caprichosamente a su presente.
Una de las cosas que me han
gustado en las novelas que he leído de Ignacio son sus personajes, tan atormentados como sólidos, posibles. Los teníamos
en “El osito cochambre”,
la novela que me hacía descubrirlo en el Desván, y aquí sigue una línea muy
similar. Porque el de Marcos es un retrato
magnífico de la obsesión. Vemos su vida tambalearse. Lo vemos hundirse una
y otra vez entre recuerdos, precipitarse hacia un pasado al que permanece inevitablemente
anclado.
Y lo hacemos con esta novela en
la que Ignacio nos ofrece un estilo más
depurado, más personal y consistente.
Una prosa muy clara y accesible que se alía con un ritmo ágil para impedirnos despegar la vista de las páginas. Ese
ritmo más propio de un thriller que tiene como contrapunto una contundente carga personal. Algo que
vemos reflejado también en su estilo, rico
aquí en afortunadas metáforas que refuerzan esos tintes más reflexivos e
íntimos. Y que deja atisbar influencias, regalándonos varios guiños hacia
autores como Stephen King, en forma de títulos e incluso en alguno de los
recursos que utiliza Ignacio aquí. La novela se estructura en capítulos muy breves, intercalando flashbacks, y con un vuelco argumental
que creo que le sienta realmente bien a la trama.
“Nudos de cereza” nos plantea una historia que se enturbia en
algunos tramos, adquiere esa densidad de lo dramático y de lo truculento. Pero
no deja de ser, en esencia, una historia intimista y realmente adictiva.
¡Pero qué portada...! ¡Yo me la encuentro en cualquier sitio y me llevo el libro a mi casa sin leer sinopsis ni nada! :O
ResponderEliminarTotal, que ya me dices que hay buenos personajes, capítulos muy breves, flashbacks y que hay hasta guiños a Stephen King y ya muero de amor. ¡Me la llevo!
Besotes.
Creo que es de las que te gustarán Mara. Tiene un par de guiños a King, ya lo verás, pero es que nacho escribe fenomenal además. Disfrútala si al final la pescas :)
EliminarLa portada a mí también me encanta.
Besines!
Pues a mí ahora mismo me da pereza.
ResponderEliminarNo sé si sería una historia muy para ti, albanta, aunque nunca se sabe ;)
EliminarBesos!
El osito cochambre ya me pareció interesante.... y este no se queda atrás. No conocía de nada al autor pero me alegro que me lo presentes. Besos
ResponderEliminarA ver si te animas con Ignacio, Marisa. La verdad es que se aprecia evolución en el estilo con esta respecto a aquel "Osito Cochambre", es de esas cosas que a un lector siempre le gustan encontrarse en un autor.
EliminarBesos!
Pinta super requete bien. Para tenerlo en cuenta, sin duda. Un besote.
ResponderEliminarA ver si te animas con él ;)
EliminarUn besote!
No conocía a este autor ni sus novelas pero por lo que cuentas podría probar más adelante y esta sería una buena opción, me ha llamado lo que nos cuentas aunque la portada no me gusta nada
ResponderEliminarBesos
Anda, pues a mí la portada precisamente me encanta, cuestión de gustos, jajaja.
EliminarEs una mezcla bastante curiosa, y la sinopsis puede dar cierto lugar a error. Para mí no es novela negra, al menos al uso. Tiene más de personalidad, de intimismo, y más desarrollo en los personajes.
Besines!
No lo conocía y la verdad es que me ha llamado la atención. Besotes
ResponderEliminarPues si ha servido para descubrirte un nuevo autor fenomenal, Susana, se trata de eso :)
EliminarBesotes!
Muchas gracias por tu reseña, Rober, es un placer que mis "Nudos de cereza" hayan encontrado un huequito en este desván poblado de buenos lectores.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Todo un gustazo para mí leerte, Nacho :)
EliminarEn el Desván casi siempre hay hueco, que no todo el mundo se atreve a subir :P
Un abrazote!
Qué cosas subes al desván... :) En principio no me llamaba mucho, pero esa parte de carga personal me hace dudar lo suficiente como para dejarlo ahí, en ese limbo al resguardo de lo que es "sí o sí". Truculenta e intimista... si es que no me encajan todos esos adjetivos juntos y eso es lo que me llama...
ResponderEliminarBesines!
Creo que es precisamente esa mezcla lo que le da encanto a la historia. Y la verdad es que es bastante sólida, aunque a priori cueste asociar lo truculento con lo más personal. Yo la he disfrutado un montón, por lo distinta que es y por Nacho, que es un narrador fenomenal.
EliminarBesines!
Acabo de leer uno de Thilliez ya he tenido bastante por el momento de violencia, esta de hoy tiene a su favor la carga emocional y lo elaborado del personaje, eso me puede gustar. No la descarto pero ahora me estoy curando todavía.
ResponderEliminarBesines
Oxigénate, oxigénate que no es cuestión de saturarse :P
EliminarCreo que tiene más de historia íntima, de desarrollo de personajes, que de la otra parte de la balanza, esa truculenta y un tanto violenta. Es curiosa. Yo creo que sí que tiene cosas que podrían gustarte.
Besines!
Ni lo dudes, este me lo llevo, aunque tenga que ponerlo de culo para no ver esa cubierta
ResponderEliminarBesos
No sé si eso de la cubierta es bueno o malo, jajaja. A mí me ha gustado cuando la he visto, fíjate. Por lo menos cumple en lo de captar la atención del lector.
EliminarBesines!
Es verdad que una novela negra no nos trae tanta intimidad del protagonista, si parece una lectura diferente a lo que es este tipo de novelas. Me la llevo anotada tiene todos los ingredientes para que me guste.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es ese elemento más personal e íntimo el que creo que la distancia bastante de la novela negra al uso, Enzo. A ver qué te parece si al final te haces con ella, ya nos contarás :)
EliminarAbrazotes!
Rob, este es otro de esos casos en que me animas a leer un libro no por su sinopsis sino por tu modo de modo de expresar que me anima a querer hacerme con un ejemplar del título.
ResponderEliminar¡Gracias!
¡Abrazotes!
Gracias, hombre. Pero mucha parte del mérito viene del autor. No habría reseña sin una historia que cale antes :)
EliminarAbrazos!
Entre la portada y tu reseña, imposible resistirse. Me lo anoto sin dudarlo.
ResponderEliminarUn beso!
La portada es verdad que es de las que no pasan desapercibidas :)
EliminarSi finalmente te animas espero que lo disfrutes tanto como yo, Teresa.
Besotes!
Precisamente Osito tengo muchas ganas de leerlo =)
ResponderEliminarBesotes
Yo creo que está bien empezar por ese Osito Cochambre, por ver la evolución que presenta Ignacio en las dos novelas, que me parece muy notable.
EliminarBesotes, Shorby!
No sé cómo casa lo truculento con lo personal, pero desde luego ha captado mi atención, y qué portada!! Un besote!
ResponderEliminarCasa de maravilla, Meg, jajaja. Es verdad que es una mezcla a la que no estamos tan acostumbrados a encontrarnos. A mí me ha gustado. Ya con "El osito Cochambre" Ignacio apostaba un poco por lo mismo, aunque esta se aprecia bastante más redonda y trabajada.
EliminarBesotes!