Lo que encontré bajo el sofá (Eloy Moreno)

Escogí “Lo que encontré bajo el sofá” como primer acercamiento a Eloy Moreno. Supongo que la curiosidad ante tanto entusiasmo y tanta recomendación por los blogs al final me pudo. Eso, unido al hecho de que se adivinaba una historia bastante actual, muy de hoy en día, terminó por decantar mi elección. En ocasiones, también apetecen ficciones más cercanas.

Y en este sentido, no puedo decir que la novela me haya defraudado. La historia, de principio a fin, está constantemente salpicada de actualidad. La trama o las tramas se sitúan en un contexto en el que confluyen temas como el mobbing, los malos tratos, los desahucios, el desempleo, o la corrupción política entre otros.  Un trasfondo crítico y muy ligado a la actualidad en el que al lector no le cuesta situarse.

Podríamos decir que “Lo que encontré bajo el sofá” es una suma de historias y de personajes. Tenemos dos tramas principales, que parten aisladas y pronto intuimos destinadas a fundirse. La de Marta, una alumna vejada y maltratada por sus propias compañeras tras atraer la atención del chico más popular del colegio. Y por otro lado tenemos a Alicia, una profesora que viaja a Toledo con su hija para cubrir una vacante en el instituto local. Su historia es la de un matrimonio moribundo, la de una relación que se apaga y que tiene como único dique de contención a esa hija en común con su marido. Un dique que se tambaleará aún más con la aparición de Marcos, un atípico policía toledano que irrumpirá en su vida.

Dos historias que, como decía, terminan casi desembocando en una misma. Dos historias que no son las únicas, porque esta novela también es la conjunción de un montón de pequeñas historias. Protagonistas casi anónimos de esos que no necesitamos asociar ni siquiera a un nombre. Un recurso que contribuye, sobre todo, a fortalecer ese contexto impregnado de actualidad.

Otra indiscutible protagonista es la propia ciudad de Toledo, que no solo se convierte en un marco romántico muy acertado para la historia de Alicia y Marcos. Sus calles, sus rincones y sus historias y leyendas van también calando en el lector, que casi se ve inmerso sin esperarlo en una suerte de visita guiada entre páginas. Sin duda, la faceta de la novela que puedo decir que he disfrutado.

No tanto con la historia en sí, que está bien trazada pero se me antojó demasiado típica. La historia de Alicia no es demasiado excepcional: sus dudas y sus miedos, su particular búsqueda de la felicidad y unos sentimientos que ni quiere ni puede ignorar. Nada que no hayamos visto antes, pero contado quizás de otro modo. Eloy nos brinda un estilo bastante directo con un tono algo singular, preciosista y profuso tanto en comparaciones como en frases que buscan continuamente el juego de contrastes. Un recurso que puede resultar efectivo pero que, con tanta reiteración, confieso que ha llegado a saturarme demasiado en algún punto.

En definitiva, “Lo que encontré bajo el sofá” puede ser una buena historia si buscáis una novela cercana, muy atada a la realidad, y narrada de un modo genuino. Y, por supuesto, si os apetece dar un paseo entre páginas por las calles de Toledo y sus historias.