Muerte en el Nilo (Agatha Christie)

Hoy repite en este Desván una autora que es todo un clásico. Buceando por la blogosfera hace unos días, creo que era mientrasleo quien se hacía eco de una de sus novelas. Y, mientras escribía mi comentario, caía en la cuenta de que una de sus historias aún estaba perdida en la estantería. Y es la novela que hoy me traigo. ¿List@s para embarcar? Nos vamos a recorrer el Nilo.

Y lo hacemos en un crucero. El mismo barco en el que Linnet y Simon Doyle, una joven pareja de recién casados, se dispone a celebrar su luna de miel. Linnet es el prototipo de mujer que prácticamente lo tiene todo: es hermosa, es rica, goza de prestigio social y acaba de casarse con el hombre a quien quiere. En el mismo crucero se embarcan varios personajes, a cual más varopinto, y entre ellos no puede faltar nuestro detective por antonomasia, Hercule Poirot. Veremos que todo se desarrolla con tranquilidad hasta que, una noche, Linnet es hallada muerta en su camarote. Hercule Poirot comenzará sus pesquisas para resolver el crímen.

La novela, como casi todas las que llevan la firma de Agatha Christie, tiene un comienzo pausado en el que siempre da cierto vértigo ver cómo un montón de personajes empiezan a pasar ante nuestros ojos sin piedad. Mi edición contiene en su primera página una relación de los personajes fundamentales que, no creáis, he agradecido en algún momento de la narración. Estas primeras páginas nos sirven para ir situándonos y para comenzar a atisbar los primeros rasgos de los personajes que nos acompañarán en la travesía. Apreciamos destellos de su carácter y empezamos a intuir algunas de las motivaciones que les han llevado a participar en el viaje.

Después, con el crimen, la historia toma otros tintes. Aparece la acción, la historia adquiere dinamismo y surgen las averiguaciones del siempre perspicaz y observador Poirot. Y con ellas, las pesquisas del propio lector, incapaz de evitar anticiparse a los acontecimientos. En este sentido, Agatha Christie sabe una vez más meterle, como nadie, una patada a aquello de la Navaja de Ockham. No tardaremos en encontrarnos con que lo aparente y lo sencillo dejará de resultar ser lo correcto.

Con la faceta de la descripción de ambientes situada más en un segundo plano, Agatha Christie bascula su historia hacia el diálogo como hilo conductor. Las conversaciones de las que Hercule Poirot se sirve para concretar sus investigaciones nos guían a través de la trama, y nos proyectan hacia los personajes, revelándonos su pasado, su carácter, o sus verdaderas intenciones. Este modo de perfilarlos no deja, sin embargo, de ser efectivo. A lo largo de los treinta capítulos cortos que componen esta novela, seremos capaces de empatizar con algunos, sentir lástima por otros, y odiar sin tapujos a varios de ellos.

Un clasicazo que nos invita, casi nos obliga, a ser un Poirot más. Y ustedes, ¿qué estaban haciendo ayer, hacia medianoche?