¡Rompe Ralph! (2012)

Hace un tiempo que no me traía al Desván una peli de animación, así que hoy vengo con una de las últimas que he podido ver. Se trata de “¡Rompe Ralph!”. Nos vamos de la mano de la factoría Disney que va a situarnos, esta vez, en un contexto bastante particular.

Nuestro protagonista es Ralph y es personaje de un videojuego. De esos que podemos encontrar aún en algunas (pocas) salas recreativas. Y me gusta, porque es el malo. Pero a él aquello de ser malo parece que no le llama tanto la atención. Se ve algo rechazado, casi olvidado por sus propios compañeros de videojuego. Y el culmen lo pone la fiesta de Aniversario de la creación del juego en cuestión. Una fiesta a la que Ralph no es invitado. Así que nuestro grandullón protagonista decidirá dar un giro a su vida para demostrar que él también sabe ser bueno. Que puede llevarse el reconocimiento y los honores. Que es capaz de ser un héroe.

Para ello abandonará su videojuego y se embarcará en un periplo que le lleva a través de otros videojuegos, y otras aventuras. Buscando mostrar méritos, como todo buen héroe, y cruzándose con un puñado de variopintos personajes. Unos más emotivos, otros más retorcidos, y otros que harán las delicias de cualquier gamer que se precie.

El filme, sobre todo en sus primeros compases, tiene precisamente bastantes guiños hacia ese mundo del videojuego, especialmente en su vertiente más retro. Los más peques de la casa disfrutarán con esta divertida aventura, pero los que ya vamos teniendo una edad y hemos crecido un poco entre botones, también tendremos aquí nuestra pizca de nostalgia y ese hueco para la sonrisa.

La trama en sí, tampoco hay que engañarse, no dista apenas de esos clichés que siempre le han ido tan bien a Disney. Está bien adaptada al contexto pero apenas se sale del camino. Es bastante amena (quizá flojee en algún momento aislado) y le han echado un par de sobres de azúcar de más. O quizás es que yo eso de “Sugar Rush” no lo he acabado de ver del todo, pese a que me conquistase la niña. Cabrónida pero un encanto, en el fondo.

No es lo mejor que he visto en cuanto a animación y quizás esperaba un punto más de esta “Rompe Ralph”, pero sería injusto decir que no la he disfrutado. Es de esas películas hechas para la diversión más distendida, que agradarán a casi todo el mundo. Si os va esto del videojuego, aún más. Perfecta para esos momentos en que nos apetece olvidarnos de todo y esbozar algunas sonrisas. Que  de vez en cuando, está muy bien. Una historia que parece atesorar un mensaje que además me ha gustado. “Rompe Ralph” nos habla de aceptarse a uno mismo. De aprender a valorarse y disfrutar lo positivo que todos tenemos, y no centrarse en intentar aparentar lo que no se es. Buen mensaje para los peques del que deberían beber, aún, bastantes adultos.