Carrie (2013)

Carrie es uno de esos personajes inolvidables para cualquier fan del terror. Esa muchacha retraída, tímida, maltratada por sus compañeras de instituto, y que de pronto descubre que posee algo que nadie tiene: un poder mental, la telequinesis, que la hace fuerte. Y, al mismo tiempo, aún más diferente. Esa Carrie que convive con su madre, una auténtica fanática religiosa, y que nos hacía prácticamente descubrir la narrativa de Stephen King. “Carrie” fue su primer gran éxito editorial y dos años después, en el 76, Sissy Spacek la encarnaba en la gran pantalla.

Un gran filme de Brian de Palma cuyo remake nos llegaba hace escasas semanas. La historia de Carrie se proyectaba más de tres décadas en el tiempo hacia nuestros días. Esta vez, bajo la batuta de Kimberly Peirce y con Chloë Grace Moretz como protagonista. Escéptico por naturaleza ante un remake, yo lo era en especial esta vez. Por todo lo que me gustó la película anterior y por la propia Chloë, a quien no terminaba de ver en el papel de Carrie.

No la terminaba de ver hasta que la he visto, y muy digna. Me gusta Chloë, que consigue los contrastes que exige Carrie. Su timidez, su inseguridad, su miedo, su particular ingenuidad. Esa ilusión cuando parece verse aceptada por sus compañeras, y ese clímax en el que ya la vemos altiva, poderosa, consciente de que es imparable. Y al mismo tiempo, humana, arrepentida.

Me gusta Chloë y me ha gustado en general esta revisión de Kimberly Peirce. Con sus licencias, sin duda esta Carrie aprovecha más toda la acción y espectacularidad final, pero en esencia bastante fiel a la original. Cumple lo que promete: intentar extrapolarnos esta historia hacia nuestros días, actualizárnosla.

Carrie es una joven de los 70, que protagoniza una historia de los 70. Una historia con un poso y un remanente particular que, seguramente, sólo apreciaréis en aquel filme de mediados de los 70. Y en la novela, por supuesto. Pero, si existiese una Carrie hoy en día, me creo que pudiera ser Chloë. Si existiese una madre tan atávica, tradicional, y “chapada a la antigua” como hoy diríamos, me creo que pudiera ser Julianne Moore, que aquí está espléndida. Al menos, durante 100 minutos, Peirce ha conseguido que me lo crea.

Si terminábamos el año yéndonos desde un remake hasta una versión original, hoy hacemos el trayecto al revés, y nos traemos una historia en un remake, para mí, digno. Considerando que es una historia difícil de contextualizar hoy en día, y considerando que no es ninguna reinvención, esta “Carrie” cumple sin reemplazar al clásico. Nunca dejéis de echar la vista atrás con esto de las nuevas adaptaciones. Ni de ignorar los sustentos literarios, que siempre arrojan otros prismas.