V de Vendetta (2006)

Sería imposible intentar enumerar las veces que me han recomendado la película que, al fin, hoy me subo al Desván. Recuerdo que quise verla en su día, allá por principios de 2006, cuando fue estrenada. Al final no fue así y la fui postergando, o más bien dejándola, sin querer, un poco en el olvido. Hace unos días me encontré frente a ella y, con aquello del “ahora o nunca” entre ceja y ceja, decidí ponerle remedio.

Dirigida por James McTeigue, “V de Vendetta” es otra de esas historias que beben de la literatura. En este caso lo hace con un guión de los hermanos Wachowski basado en la novela gráfica del siempre genial Alan Moore.

Una historia que nos proyecta hacia un futuro, no demasiado lejano, en el que Inglaterra se rige por un régimen absolutista y opresor, bajo el mandato del tiránico líder Adam Sutler. En este contexto aparece V (Hugo Weaving), un personaje a caballo entre el villano y el justiciero que comenzará a atentar contra la fortaleza del sistema impuesto, abanderando la libertad y abriendo los ojos a una población sometida.

Nuestra otra protagonista, Evey (Natalie Portman)  es quien más cerca llega a estar del misterioso V, oculto siempre tras su máscara y sus grandilocuentes frases. Poco a poco, sin embargo, el personaje se nos va desvelando y humanizando: su carácter, alguna de sus aficiones y, sobre todo, un oscuro episodio pasado que le impulsa a actuar del modo en que lo hace, buscando venganza.

El filme equilibra con bastante acierto la parte más puramente de acción con la intrahistoria y el interesante escenario en que se enmarca. Una sociedad que se nos esboza dormida, hipnotizada, con libertades mermadas. No puede obviarse la indudable carga política que encierra una trama que toca temas como la censura, o la manipulación de información, y constituye un escenario con continuos guiños orwelianos. Incluso ese líder, soberbiamente interpretado por John Hurt, tiene bastante de aquel Gran Hermano que observaba.

Película muy recomendable a la que, por poner un pero, os diré que quitaría unos cuantos minutos de metraje. No obstante, no deja de ser amena y dinámica en las escenas de acción y consigue no diluirse. Ni en ese particular escenario que plantea, ni en los tramos en que pide un ritmo más pausado. Película de esas que, al menos (no es poco) no os fallará en aquello de entretener.