Elysium (2013)

No cabe duda de que lo distópico, y todas esas historias que nos trasladan a un futuro próximo para mostrarnos las miserias que ya casi tenemos hoy en día, están de moda. “Elysium”, el último filme de Neill Blomkamp (District 9) es otro de los que se suman a esta extendida tendencia.

Esta es la situación que se nos plantea en esta historia: Estamos en el año 2159 y la humanidad ha potenciado el sistema de castas hasta el extremo. Los ricos y las personas más pudientes han construido una suerte de colonia en Elysium, fuera de la órbita terrestre. Un mundo con todas las comodidades, sin apenas criminalidad, y que desprende luminosidad y calma por todas partes. Algo así como un paraíso utópico super-happy. El resto de la humanidad, por el contrario, tiene que conformarse con subsistir en nuestro planeta Tierra, que está poco menos que en la miseria, sometido y superpoblado.

Nuestro protagonista, Max (Matt Damon) forma parte de este segundo grupo que subsiste a duras penas en un planeta enfermo. Trabaja en condiciones precarias en una fábrica, pero su vida cambiará radicalmente en un instante, tras sufrir un accidente laboral y verse expuesto a una dosis de radiación que le deja con una esperanza de vida de tan sólo cinco días. Su única esperanza es viajar hasta Elysium, donde sí podría recibir una cura. Su idea va tomando forma cuando, además, Max se encuentra con Frey (Alice Braga), una especie de primer amor nunca olvidado cuya hija, Matilda, sufre de Leucemia.

Mientras tanto, en Elysium, conoceremos a Delacourt, una imperturbable ministra soberbiamente interpretada por Jodie Foster que decreta una polémica Ley Antiinmigración para preservar el bienestar de los habitantes de Elysium y evitar que ninguno de los desesperados habitantes de la Tierra logren alcanzar la colonia.

Sustentada en esta base, “Elysium” no tarda en encaminarse más hacia la acción, el dinamismo y el puro entretenimiento. Da la impresión de que el guión podría haber aprovechado mucho más los aspectos distópicos del filme, que están plasmados pero no tardan en comenzar a diluirse y convertirse en algo más bien secundario. Todo ello converge en un argumento algo encorsetado, demasiado típico y sin apenas lugar a la novedad o a la sorpresa. Basta decir que el final es de esos que adivinamos a la media hora de habernos sentado en la butaca.

No obstante, visualmente la película está muy bien trabajada, apoyada en el contraste de la futurista e idílica Elysium con la miseria que invade la Tierra. Y el ritmo también es todo un acierto. Pese a ser previsible, la película apenas da respiro y consigue que no nos desconectemos.

Una película, en definitiva, algo tramposa. Parte de una buena idea, que promete algo más de reflexión y profundidad, pero que finalmente se queda en el planteamiento, apenas en el punto de partida. Parece sólo una excusa distinta para presentarnos la historia de siempre: la del héroe americano destinado a salvar el mundo. Es buena para pasar un rato distendido, pero se os quedará corta si vais con expectativas más elevadas.