Evil Dead - Posesión Infernal (2013)

No hace aún tanto recordábamos “The Evil Dead”, una de esas películas escritas en negrita si hablamos de terror y de películas en serie B. Y yo, siempre temeroso ante los remakes, casi comencé a temblar cuando empezó a anunciarse el que nos esperaba en 2013, de la mano del uruguayo Fede Álvarez. Que Sam Raimi, el creador de la cinta original, estuviese tras el guión y la producción me animó un poco. Y ahí me encontré de repente, en la butaca con mis palomitas, mi “7 Up” y mi escepticismo.

El argumento de esta “Evil Dead” preserva los elementos fundamentales del original. Tenemos a nuestro grupo de amigos y tenemos nuestra cabaña perdida en el bosque, con su trampilla, su sótano y ese libro maldito que desencadenará todo el horror. Después, hay bastante añadido. Tenemos una historia familiar entre dos hermanos, y una protagonista que intenta alejarse del mundo de las drogas, con el consiguiente síndrome de abstinencia que la hará inestable, imprevisible y violenta. En definitiva, un guión más sólido, más profundo y trabajado que en el filme del 81.

Habitualmente, eso sería una buena noticia. Pero el remanente a serie B de la predecesora está presente, y está reñido con cualquier cosa que vaya más allá de un argumento sencillo, efectivo y algo surrealista. Así que esos añadidos chirrían, sí, pero no llegan a desmerecer el resto. Porque creo que Fede Álvarez consigue precisamente lo más difícil: plasmar mucho de la esencia de la serie B, de su bajo presupuesto, en este remake respaldado por unos 15 millones de dólares. 

Empezando por el propio elenco de actores, sin grandes nombres ni grandes interpretaciones, pero todas prácticas. Especialmente la de Jane Levy, que se desenvuelve con soltura en el papel de Mía, sin duda el personaje más complejo e importante de los que nos acompañarán en esta historia. Tras el pausado impasse inicial, el filme adquiere la misma estructura de la que Raimi se sirvió en la película original. La misma acción trepidante que apenas da respiro al espectador. La misma violencia potenciada casi hasta el absurdo, e igualmente explícita. Sólo falta un ingrediente: esa pizca de humor que allá por el 81 nos colaban entre sangre y vísceras y que, en 2013, no aparece con tanta importancia.

En definitiva, un remake que tiene los elementos para contentar a los fans de esa primera “The Evil Dead” de Raimi. Si os gustó en su día y os gusta la serie B, también os gustará esta reinvención más de 30 años después.