Gru: mi villano favorito (2010)

Sí, amig@s, otra película de animación se ha colado en el Desván. Y últimamente no son pocas las que lo hacen. Debo estar ablandándome…

 

Esta es la historia de Gru, un villano venido a menos que un día se topa con la cruda realidad: hay villanos mucho más malvados, jóvenes e intrépidos que él. Para intentar recuperar su mermada reputación, ideará un golpe único e inolvidable: tratará de robar la mismísima Luna. No será fácil, pero contará con la ayuda de un simpático ejército de Minions, y de tres entrañables niñas huérfanas con las que se topará casi por casualidad, y que conseguirán transformarle. 

Este cambio que vamos apreciando en Gru es de lo mejor del filme. Le conocemos como un ser más bien malvado y egoísta, pero vemos cómo su humor va cambiando a medida que estas tres crías le atrapan con su magnetismo. Gru pasa de repudiarlas a encariñarse con ellas sin apenas darse cuenta, creándose un vínculo tan espontáneo como sólido. 

Predomina el humor fácil, en luminosos y a veces sorpresivos destellos, que nos harán despedir algunas escenas entre sonrisas. El propio Gru, su agresivo perro, los Minions o cualquiera de las tres niñas protagonizarán varias anécdotas de esas destinadas a robarnos una carcajada fácil. 

Si algo he encontrado diferente en “Gru: mi villano favorito” es su equilibrio. En esto de la animación, es fácil toparse con películas algo edulcoradas: bien sea en su parte emotiva, bien en su registro más humorístico o en la faceta de pura acción y aventuras. No he percibido esto en este caso. No diría que esta película es netamente una comedia, o un filme de aventuras. Es un híbrido heterogéneo aunque compensado. Ninguno de sus múltiples componentes llega a destacar por encima de los demás. Quizás únicamente en el tramo final, en el que la ternura y la sensiblería parecen abrirse paso sin empellones. 

Un filme de esos que nos envuelven y llegan a repercutir en nuestro estado de ánimo. En mi caso, he de decir que puso algo de colorido a una de esas tardes grises en las que a en ocasiones se tornan los domingos. Una película para olvidarse de todo, dejarse llevar, y sonreír.