"El viaje al amor" (Eduardo Punset)

Ex – político, escritor, economista y, sobre todo, divulgador científico. Me atrevería a decir que Eduardo Punset no necesita mayor presentación para cualquier persona con cierta curiosidad y ansias de aprender. Una de esas mentes privilegiadas que decidió un día convertir complejos temas científicos en algo digerible para cualquiera de nosotros. Lo conocí, supongo que como casi todo el mundo, con “Redes”. Y aunque nunca se me antojó un gran comunicador, consiguió al menos despertar en mí el interés sobre temas en los que, de otro modo, nunca me habría parado a pensar.

Hacerme con uno de sus libros era mera cuestión de tiempo. Me decanté por este siguiendo una recomendación personal. Reconozco que por la sinopsis y lo poco que sabía de él, me parecía cuanto menos extraño que pudiese estar catalogado como libro de autoayuda según algunas fuentes. Una vez terminado, he de admitir que sí tiene un componente, llamémosle, conscientemente optimista. 

En “El viaje al amor”, Punset nos brinda una visión científica del amor, un sentimiento global, quizás el más poderoso de todos. Comienza identificando los orígenes del amor, y postula que el amor es nuestro mecanismo, como humanos, para lograr la supervivencia. Del mismo modo que, hace más de tres mil millones de años, un microbio necesitaba fundirse con otro organismo para sobrevivir, hoy nosotros necesitamos “fundirnos” con otra persona precisamente con el mismo propósito. El amor, en resumen, sería para Punset algo así como el catalizador de la evolución humana.

En estas páginas, Punset nos conduce a través de una senda de preguntas, para ir ofreciéndonos respuestas a medida que vamos recorriendo el camino. ¿Por qué nos enamoramos de un tipo de persona y no de otra? ¿Experimentamos, hombres y mujeres, el amor de un modo distinto? ¿Es cierto el tópico de que los hombres pensamos más en el sexo?

Me parece una obra interesante porque nos otorga un punto de vista, cuanto menos, diferente al más generalizado con respecto al amor. Punset deja a un lado el romanticismo con el que hemos recubierto este sentimiento a lo largo de los siglos, y nos habla de la oxitocina, la serotonina, las feromonas y los circuitos cerebrales. Por supuesto, también hay lugar para el desamor (aquí es donde el libro se torna más en algo rayano en la autoayuda) Me sorprendió toparme con que este último es un sentimiento más atávico y simple de lo que yo creía. Y es que, según relata Punset, los mecanismos que se activan en nuestro organismo tras una ruptura amorosa son similares a los que reaccionan ante otros desapegos, como la pérdida de un ser querido o esas rabietas que todos escenificamos en la cuna cuando nuestra madre (nuestro apego) no está a nuestro lado. 

Hay mucho más, temas que de un modo u otro el autor también relaciona con el amor, como pueden ser la creatividad, la imaginación y el contexto cultural. Y me dejo mil, pero prefiero no desgranarlo todo e invitaros al viaje para que lo descubráis por vosotros mismos.

Creo que es un libro que merece la pena leer, como he dicho, para tener al menos otro enfoque distinto sobre algo tan universal como el amor. Al tratarse de ensayo, es impensable que pueda tener el mismo ritmo que cualquier novela, y de hecho hay ciertos capítulos del libro que se hacen algo plomizos entre demasiada terminología para no iniciados como servidor. Las ideas generales planteadas, sin embargo, se desprenden perfectamente. Además, tiene algo muy útil y que debería ser de rigor en cualquier ensayo: un capítulo final dedicado a conclusiones en el que se compilan, muy sistemáticamente, los puntos fundamentales abordados en este peculiar e interesante viaje.

¡Ah! Casi se me olvida. También hay un absurdo test al final que miente como un bellaco y me ha dicho que soy un pésimo amante. Menos mal que el libro es de autoayuda…