Desde que tengo uso de razón, me ha dado por esto de la lectura. Y me he topado con muchos tipos de libros. Están los típicos plomos insufribles, o esos que son entretenidos y nos enganchan en su lectura. Lectura en singular, porque no nos exigen varias. Estos son la inmensa mayoría, pero existen otro tipo de libros: precisamente esos que queremos tener a mano, que ocupan un lugar privilegiado en nuestra estantería.
En mi caso, se trata de esas obras que han “tocado” una fibra especial y que sé que pedirán volver a ser leídas tarde o temprano. Entre ellas, las menos son novelas, ensayos o poemarios más técnicos y profundos de los que, de vez en cuando, re-devoro unas pocas páginas. Pues bien, todo este rollo inicial era sólo para contaros que “Pasajes de la Historia”, de Juan Antonio Cebrián, ha entrado directamente a formar parte de estos últimos.
Llevaba ya bastante tiempo tras este libro. Su autor, Juan Antonio Cebrián, apenas necesita presentación. Logró un sólido hueco en la radiodifusión española con célebres programas como “Turno de Noche” y sobre todo “La Rosa de los Vientos”. Una de las secciones que componían este último eran los Pasajes de la Historia. De la recopilación por escrito de algunos de ellos surgió este libro. Como acérrimo fan de “Cebri” ya he tardado, y demasiado, en hacerme con él.
Siempre recomiendo al Cebrián más radiofónico. Su voz inconfundible nos cautivó a muchos y nos acompañó en eternas madrugadas de estudio o simplemente de insomnio. Centrándonos en el libro, lo que éste nos ofrece son 25 capítulos de nuestra Historia. Más de 500 páginas para viajar al pasado y toparnos con célebres batallas como la de las Termópilas o conocer a personajes tan destacables como Edgar Allan Poe, Vincent Van Gogh, Iván IV “El Terrible” o el temerario “Barón Rojo”, entre otros.
Lo que hace tan especiales los Pasajes de Cebrián es sin duda su modo de narrarlos, posiblemente inigualable. Lejos de la inmensa letanía de datos, fechas y acontecimientos, Juan Antonio nos aproxima a esos héroes de la Historia que protagonizan sus pasajes: nos habla de sus ambiciones, de sus miedos, de sus defectos. Nos los “humaniza”, por así expresarlo, y así el lector comprende que esos nombres, escritos infinidad de veces en tantos libros de Historia, fueron personas que vivieron y sintieron como hoy nosotros sentimos, tomaron sus decisiones y tuvieron el poder, la suerte o la desgracia de cambiar la Historia de todos nosotros.
Una buena forma de definir su estilo sería quizás afirmar que este albaceteño fue capaz de sintetizar y sobre todo novelar la Historia: la adaptó a la estructura que podría tener cualquier novela y así hizo de ella algo incluso ameno para muchos. Incluso para esos que casi dormitábamos en clase cuando nos la intentaban explicar.
Esta es una de esas reseñas que podría prolongar ensalzando la figura del autor casi hasta el infinito. Prefiero no hacerlo y que descubráis por vosotros mismos, si aún no lo habéis hecho, las virtudes de este divulgador único. Que estas líneas sirvan no sólo como recomendación literaria, sino también como particular homenaje a uno de los Grandes que hubo de dejarnos, como casi todos los Grandes, demasiado pronto.
Traes un libro que no he leído, y lo presentas de una forma irresistible. No ya por pensar que pueda gustarme a mí como te ha gustado a tí, sino por la curiosidad que despierta aquello que provoca una reacción tan entusiasta.
ResponderEliminarLo leeré
Besos
Con que te guste la mitad que a mí, ya sería una buena lectura. Pero bueno, supongo que también cuenta, como digo, que soy un Cebrianófilo total ;)
EliminarEspero que te guste! Besos!!
Ay, ay, ay, ¡los libros de historia y yo no nos llevamos bien!
ResponderEliminarbsos!
Jajaja, tampoco te creas que yo demasiado, Rosalía. Pero este hasta me ha hasta entretenido.
Eliminar¡Besos!
A este hombre lo he seguido en la radio desde casi sus principios hasta que lamentablemente murió, de su programa evidentemente lo que más me gustaba era esto, sus pasajes de la historia, pasajes que tenía guardados hasa que perdí el pendrive de las narices, mítica sección, supongo que el libro será eso, trasladar al papel lo qeu contaba en la radio, de pillárselo sin duda.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, básicamente es lo mismo, Dessjuest. El libro está genial, pero yo me quedo con sus pasajes "radiofónicos", tanto de la historia como del terror. Creo que es donde Cebrián es único, y su voz inolvidable.
EliminarGracias por comentar! Saludetes!