Corazones de acero (2014)

Tanto si hablamos de cine como de literatura, seguramente lo bélico sea uno de mis grandes puntos flacos. Es un género que nos ha regalado tanto novelas como películas de las inolvidables, es cierto. Pero a mí, lo reconozco, siempre me cuesta. Partiendo de esto, que condicionará seguramente mi impresión, sentí curiosidad por esta “Fury”, “Corazones de acero” en castellano, ovación cerrada una vez más para esas comerciales mentes que se dedican a esto de traducir títulos de pelis/libros.

Metiéndonos ya en el lío, la película llegaba bajo la batuta y guión de David Ayer y nos marca un contexto: corre abril de 1945 y estamos ante los últimos coletazos de la resistencia alemana frente al avance aliado en la Segunda Guerra Mundial. En este escenario, un mermado batallón americano comandado por Don 'Wardaddy' Collier (Brad Pitt) tendrá que hacer frente al aún numeroso ejército nazi.

Un filme que tiene en la ambientación su gran virtud, con escenarios, vestuario, armamento, e incluso los propios carros de combate, al parecer bastante fieles a los que pudieron ser utilizados en la época. Hay una serie de anécdotas en torno al rodaje, al plantel de actores y su caracterización física que encontraréis si buceáis un poco por la red. No dejan de ser curiosas, y es un notorio esfuerzo en ese afán por buscar la verosimilitud.

Y llegamos al reparto, y vemos algo esperable: a un Brad Pitt destacando y aglutinando casi toda la faceta interpretativa. Pronto sabemos también cual va a ser el eje y el recurso de Ayer para plantearnos su historia: un jovencísimo Norman Ellison,  encarnado por un solvente Logan Lerman. Norman es el último miembro en llegar al grupo de Wardaddy y con él, también a la guerra. Desde esa óptica de su inocencia, su juventud y su reticencia inicial a la violencia Ayer buscará trasladarnos a la parte más cruenta y bestial de la guerra.

Esa crudeza se ve reflejada en varias escenas impactantes y bien ejecutadas, pero se sustenta únicamente en eso. Salvo Brad Pitt, que tampoco está en su mejor papel, y el propio Lerman, el resto del reparto no termina de cuajar del todo o al menos a mí no me ha llegado a transmitir y a meter en la historia.  Supongo que también hay  algo de miscasting, actores que, salvo alguna excepción, no estamos muy acostumbrados a ver en roles similares. Reparto en definitiva un tanto discreto para un tipo de filme que exige más contundencia.

El otro gran borrón es que, partiendo de una premisa bélica muy aprovechable, la película se queda en algo mucho más cerca de lo puramente épico y con la acción como único motor. Tarda en arrancar y, cuando lo hace, no llega a transmitir más que ese cariz heroico que parece la esencia de toda la trama. De la eterna fórmula americana, patriótica, sesgada y con varias referencias religiosas prescindibles, ¿hace falta hablar?

En definitiva, una buena idea y un importante esfuerzo en el planteamiento que queda desaprovechado. Porque la peli, al final, nos lleva a lo de siempre.