
John comienza a hablar y confiesa
algo imposible: es un hombre
prehistórico, ha vivido miles de años. Y ha sido testigo de varios de los
grandes acontecimientos históricos que han llegado hasta nuestros días. Vamos,
que su apellido tiene retranca, y mucha. Y así comenzará a fluir la historia,
entre el lógico escepticismo inicial, la posibilidad de que John simplemente se
haya construido una historia asombrosa y les esté tomando el pelo, la
posibilidad de que haya perdido el juicio, y alguna que otra teoría más.
Llegarán las preguntas, llegarán las respuestas. Las dudas se multiplican, pero
John permanece firme, sus afirmaciones tienen cierta coherencia. Sus palabras
apenas muestran grietas. ¿Puede ser cierto todo lo que afirma?