What Maisie Knew (2012)

Maisie (Onata Aprile) es algo más que la protagonista del filme que hoy me traigo al Desván. Es el auténtico eje que articula la trama que se nos presenta. Maisie como testigo, Maisie con ese mutismo y casi conformismo tan propios de la infancia. Todo converge en Maisie en una estructura que invita al espectador a situarse tras los ojos de esta niña. Y así comprender lo que observa día tras día, eso que Maisie sabía.

“What Maisie knew”, “¿Qué hacemos con Maisie?” en castellano, es un filme co-dirigido por Scott McGehee y David Siegel. Película que descubrí gracias a Bea Mendes y que bebe de una obra homónima de Henry James publicada a finales del S.XIX. Este es uno de esos casos en los que me fui antes a la película que a la novela. Aunque, al parecer, esta adaptación hacia nuestros días no le hace del todo justicia.

Sí cumple, creo, como película. Probablemente porque el bueno de Henry James le daba vueltas ya en su día a un tema que continúa siendo una auténtica realidad hoy en día. Y es que nuestra Maisie se verá envuelta en el divorcio y las constantes desavenencias entre sus padres. Ella, Susanna, una cantante de rock un tanto venida a menos. Él, Beale, que parece vivir constantemente entre aviones y equipajes. Nos toparemos con una Maisie que interiorizará en su silencio toda la situación, y que parece agarrarse a los escasos momentos en que alguno de sus dos progenitores se digna a prestarle atención. Que vive una custodia compartida y observa cómo cada uno de sus padres rehace de nuevo su vida. Y que paradójicamente encuentra en sus nuevas parejas, Margo y Lincoln, un hueco para esa atención y esa sonrisa que nunca deberían faltarle a un niño.

Las interpretaciones, sin alardes, son uno de los grandes puntos fuertes del filme. Una Julianne Moore más que efectiva, aunque lejos de sus mejores papeles, y un sólido Steve Coogan. Ambos encarnan ese matrimonio que se resquebraja, las rencillas, las discusiones. Y sobre todo plasman muy bien el más crudo egoísmo de dos personas que apenas reparan en su hija. Y, cuando lo hacen, parecen buscar tan solo dañarse el uno al otro.

El único reproche que me atrevo a hacerle al filme está en la otra vertiente de las interpretaciones. Lincoln y Margo, padrastro y madrasta de Maisie, surgirán como esas figuras en las que la niña se ampara casi inconscientemente. Y sus perfiles, los de Alexander Skarsgård y Joanna Vanderham, son prácticamente calcados. Ambos dulcificados, demasiado utópicos, demasiado perfectos. Y ahí tenemos la que es, para mí, la única sombra. El hecho de que el filme polarice demasiado a sus personajes con este contraste demasiado fácil, buscando claramente el llano efectismo.

Una agradable sorpresa recomendable, en definitiva. Por una temática tan actual y por la perspectiva que nos brinda. La de una Maisie a quien acompañamos sin poder evitar que nos desarme y nos abata en varios momentos de esta historia.