La casa y el cerebro (Edward Bulwer-Lytton)

Quizá sea la que hoy me traigo la novela más representativa de este londinense: Edward Bulwer-Lytton. Un hombre que vivió en pleno S. XIX y también fue reconocido por una faceta política que es lo que menos me interesa aquí en el Desván. Porque en lo literario, Bulwer-Lytton fue bastante prolífico. También bastante versátil, cultivando varios géneros distintos. Conoció y llegó a influenciar al mismísimo Charles Dickens. Y acaparó incluso alguno de los siempre difíciles halagos de alguien como H.P. Lovecraft. Entre otros, con esta historia que prácticamente es un relato largo: “La casa y el cerebro”.

Lo que tenemos es otro de esos cuentos de terror gótico que nunca me canso de subirme al Desván. Quizá uno de los primeros que nos aproximó al concepto de casa encantada como tal. Porque es exactamente lo que se nos presenta aquí: una casa aparentemente encantada en pleno Londres. Una casa en la que prácticamente ningún inquilino se queda más de unos pocos días. Todos terminan marchándose debido a los fenómenos que parece que se dan en el interior. Y tenemos un narrador. Ese narrador protagonista que, conociendo la existencia de la casa en cuestión, decide adentrarse en ella para conocer de primera mano lo que ocurre en el interior de esas paredes.

Allí se instala, junto a su perro y su fiel ayudante. Y comienzan a ocurrir cosas. Extraños sonidos, apariciones… Tenemos incluso a un animal, el propio perro en este caso, que se resiste a entrar en la casa, como si percibiese algo de lo que los demás aún no son conscientes. Ese elenco de fenómenos, en definitiva, que todos podemos ver reflejado en futuras historias con estos mismos tintes.

Uno de los aspectos que Edward Bulwer-Lytton introduce aquí y rompe un poco con la tendencia es el personaje principal, el propio narrador. Un hombre curioso pero con una férrea naturaleza escéptica que atribuirá inicialmente todo lo que está presenciando a una inteligencia humana final, o a una causa natural. Y en ese pilar de la suspicacia, más que en la sugestión, parece sustentarse esta historia. Asequible, muy amena y atrayente en cuanto a estilo narrativo, y con varias escenas que logran justo el clímax y la tensión que exigen este tipo de narraciones.

Una de esas clásicas historias que hará vuestras delicias si os va esto de los fantasmas, las casas encantadas y demás fenómenos extraños. Tocando temas y barajando explicaciones muy en auge en la época, que hoy el día podrían antojarse algo rancias. Pero que no evitan que estemos ante un relato, novela corta si queréis, muy disfrutable incluso desde nuestra perspectiva actual.