Hacia rutas salvajes (2007)

Sean Penn nos traía en 2007 la película que hoy nos ocupa en el Desván. “Hacia rutas salvajes” es una historia basada en hechos reales, en una serie de anotaciones que el protagonista de esta historia realizó él mismo, y que inspiraron una novela homónima de Jon Krakauer. Así comenzamos a conocer la historia de Chris McCandless.

McCandless es un joven recién graduado, con un notable expediente y al que aguarda un futuro, como poco, prometedor. La universidad parece su destino más posible, y sin embargo Chris sorprenderá a casi todos con una decisión inesperada: dejarlo todo. Abandona a su familia, deja atrás una vida más o menos acomodada, y lo hace para adentrarse en la naturaleza más profunda.

Esencialmente, “Hacia rutas salvajes” es una historia de búsqueda. Búsqueda de la identidad, búsqueda del sentido de la vida. Aquí esa búsqueda se antoja casi como un regreso al pasado. Chris busca reencontrarse con la naturaleza, con lo humano, con esa parte algo atávica que hoy en día parece haber quedado tan atrás. Y es ese deje anacrónico lo que se convierte quizás en su seña de identidad más marcada.

Articulada en forma de una atípica road movie, Sean Penn consigue convertir su guión en una película realmente equilibrada, formidable en algún destello. Toda la carga visual, los escenarios y los evocadores paisajes son un buen encuadre para el resto de la historia, lo que se nos narra y lo que se nos transmite. La historia vital, casi de supervivencia de McCandless, los entrañables personajes con los que se topará, cada aventura y cada uno de los escollos a los que tendrá que hacer frente.

La faceta interpretativa se concentra prácticamente en el rol de Emile Hirsch como Chris McCandless, que aunque creo que no genial, si está más que acertado en su papel. Hay otras interpretaciones que quizás tengan más fuerza aunque son más secundarias, como el candidato al Óscar Hal Holbrook personificando uno de esos personajes carismáticos que se cruzan en el camino de Chris.  Quizás no estemos ante uno de esos casos en los que el plantel de actores destaca sobre el resto de elementos del filme, pero sí lo complementa con solvencia. Y hablando de complementos, la última mención es para la excepcional Banda Sonora, toques “country” que se funden con la historia para convertirse en un acompañamiento perfecto.

Diferente y muy cuidada, “Hacia rutas salvajes” consigue transmitir y alejarnos un poco del día a día. Con su calma y ese compás lento al que nos acostumbra desde el comienzo, Sean Penn consigue imprimir su estilo y dejar al espectador reflexionando. Haciéndose preguntas de esas que no siempre tienen la misma respuesta. Un filme más que aconsejable.