"Descansa en Paz" (John Ajvide Lindqvist)

Sigo últimamente bastante prendado de la literatura zombie, aunque los protagonistas de la novela que hoy os traigo no son zombies tan al uso. La escribió un sueco con nombre impronunciable: John Ajvide Lindqvist. De primeras quizás no suene demasiado, aunque sí tuvo cierto tirón su primera novela: “Déjame entrar”, con una genial y muy recomendable adaptación cinematográfica. La sueca, que no la americana. Nos sumergimos pues en la novela que hoy nos ocupa: “Descansa en Paz”

Nos situamos: Es verano y la ciudad de Estocolmo está siendo víctima de una extraña ola de calor. No sólo eso, sus habitantes experimentan también un fenómeno muy poco habitual: existe una misteriosa carga eléctrica en el aire que, al margen de provocarles fuertes dolores de cabeza, impide por ejemplo que los aparatos electrónicos puedan ser desconectados. Cuando parece que los holmienses van acostumbrándose a vivir con ello, de pronto todo cesa. Y es entonces cuando los muertos se levantan. No están sedientos de sangre y violencia. Simplemente quieren recuperar su vida anterior, volver al día a día como si su corazón nunca hubiese dejado de latir. Al menos, al principio.    

Lindqvist hace uso de un estilo rayano en lo periodístico para desarrollar la historia. De hecho, añade anexos a algunos capítulos en los que se sirve de noticias y artículos publicados en medios suecos para añadir detalles a la trama. Resultan un recurso perfecto para ambientar la historia y trasladar al lector la inquietud social que se va adueñando del país según se van dando los acontecimientos.

En la historia hay seis personajes principales que se van agrupando en tres tramas paralelas. Aunque el patrón es parecido: Todos ellos han perdido a un ser querido recientemente y tendrán que enfrentarse a su “resurrección”, con todo lo que supone.

La historia es ágil y va enganchando por momentos, hasta el final, que parece fuera de lugar. Es cierto que el componente psicológico está patente durante toda la historia, pero tras una narración centrada quizás más en hechos que en sensaciones, el final parece querer explorar lo más profundo de los protagonistas, y hacer al lector replantearse qué es y qué supone realmente la muerte. No creo que sea un mal final. Simplemente, es una de esas novelas que parecen pedir a gritos uno diferente, quizás más tangible, más cercano, y más acorde con el resto de la historia.

Aún así, me parece una interesante novela. Contiene escenas de auténtico terror con tintes clásicos que harán las delicias de los amantes del género. Y, en cualquier caso, es la novela perfecta para pasar una buena noche de tormenta. Entre comillas, claro.