Una vieja iglesia, y una ciudad dormida.
Un beso fugaz.
Puñados de cartas, sueños compartidos.
Un relato inocente a pachas.
Fotografías, algo polvorientas.
Fotografías en blanco y negro,
de esas que no se guardan en ningún cajón.
Una estación desierta.
Cualquier viaje en tren.
Las montañas, el silencio.
El parchís por la mañana frente a un café.
"No es que no quieran volver:
es que no encuentran el camino hasta aquí"
(Zahara)
Cuando los recuerdos se quedan impresos en nuestra mente, son como botes de perfume. Los abrimos y nos llega el olor del tiempo vivido. Besos
ResponderEliminarAna
Una vez leí que los recuerdos
ResponderEliminarson el libro de la vida, son experiencias vividas y el espejo donde corregir errores. Lo bonito de todo esto es poder compartir recuerdos.
Un abrazo Rober!!!:)
Muchas gracias a las dos por la visita, chicas :)
ResponderEliminarEsos días en los que una foto, un olor, una vivencia te hace esbozar una sonrisa o humedecérsete los ojos. Pocas cosas son tan íntimas e importantes como nuestros recuerdos.
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