"Carne Muerta" (David Mateo)

“Carne Muerta”, del valenciano David Mateo, es uno de los lanzamientos que este 2011 ha venido de la mano de Dolmen Editorial en su Línea Z: una serie de novelas de tinte apocalíptico y temática zombie que han gozado de notable acogida pública.

En “Carne Muerta”, Tifoidea (o Nerón) es un virus mortal que se desata y que, en cuestión de un par de días, se extiende rápidamente por todo el planeta. Sin embargo, sólo afecta a los hombres, que sufren una terrible y súbita muerte. Sobrepasadas, las mujeres sólo pueden observar como los hombres con quienes conviven caen inertes.

El 14 de noviembre, todos los hombres del planeta han caído víctimas del virus, y las mujeres han de enfrentarse no sólo a su pérdida, sino también a la necesidad de construir, poco a poco, un nuevo orden social. Tendrán que afrontar sus miedos y el profundo desconcierto que envuelve el mundo. Y no solo eso: las supervivientes no tardarán en descubrir en las noches una auténtica pesadilla. Cuando la luz del sol da paso a la oscuridad, los cadáveres dejan de serlo. Los hombres, sus hombres, se alzan violentos, irracionales, sedientos de sangre y muerte.

David Mateo acierta en la ambientación de la novela, uno de sus grandes atractivos. Cuando el caos estalla, la historia nos hace viajar hasta Jerusalén, en un ambiente ya de por sí turbulento. Después, la historia se traslada prácticamente en su totalidad a España, pero el autor nos consigue dar una visión bastante global, situando la acción en escenarios como Valencia, León, Ponferrada, y por supuesto Madrid. Tanto los lugares como el clima apocalíptico, de destrucción y devastación, quedan bastante bien plasmados en la novela.

Una vez se ha desatado el caos, el autor incide bastante en la situación social de las supervivientes: la Sociedad tal como la conocemos actualmente se tambalea y se da paso a un ambiente en el que la superchería por un lado y la religión por otro se convierten en los pilares a los que muchas de las supervivientes se agarran en el día a día. Acierta David Mateo en este sentido también con la elección de los personajes: varias de las protagonistas son prácticamente fanáticas, lo que contribuye a reforzar esa nueva “carga social” con la que el autor construye el particular universo de la historia. 

“Carne Muerta” nos traslada a un futuro próximo, pero a la vez nos remonta en el tiempo. Nos transporta, en destellos, a escenarios que aún están por venir (el nuevo estadio de Mestalla, en Valencia, por ejemplo) pero también nos plantea una escena social que ya se ha dado, al menos en parte, en nuestro país. Cuando, tras la extinción de todos los hombres, el autor presenta el nuevo escenario social, nos encontramos con dos polos opuestos: por un lado el Ejército, que busca preservar cierto orden entre el caos, y por otro una oposición en forma de una suerte de Brigadas Republicanas. La reminiscencia a otros tiempos y la sensación de que la Historia, con mayúscula, se repite, es inevitable para el lector.

Como en casi todas las novelas del género, la acción se torna trepidante en ciertos puntos. El ritmo decae en algunos otros, quizás más de lo necesario en este caso, especialmente en los fragmentos en que los matices religiosos adquieren protagonismo. Pero por lo general, la novela es entretenida, fácil de leer, y adictiva en algunas partes. No faltan guiños y geniales retazos humorísticos. No he podido evitar sonreír con San George Romero, qué le voy a hacer.

¿Qué mejor regalo para quienes gusten de una original historia de zombies en estas fechas?