El misterio en torno a la fuente de la Consolación

[caption id="attachment_218" align="aligncenter" width="300" caption="La Fuente de la Consolación, en Nubledo"][/caption]

Juan suspiró y estacionó el vehículo en el que viajaba al margen de la carretera, invadiendo el arcén derecho. Paró el motor y se apeó del coche. Había sido una noche larga, que le había provocado más cansancio del habitual para un área tan tranquila como aquella por la que le había sido encomendado velar. Miró a ambos lados y, cuando se aseguró de que no había peligro alguno, cruzó la carretera en dirección a la fuente. Estaba sediento además de fatigado, y se acercó al lugar para tratar de saciar una necesidad tan básica como aquella. Su cuerpo agradeció la frescura del agua al instante. Cuando, dispuesto a regresar al coche, alzó la vista hacia los lindes del bosque, la vio: Parecía el cuerpo de una mujer envuelto en harapos o arcaicas vestimentas inmaculadas, pero se le antojó de dimensiones desmesuradas para serlo. Además, desprendía una leve luminosidad, emitía un tímido haz de luz que terminó de horrorizarle. Dejándose llevar por su primer impulso, volvió a la carrera sobre sus pasos, se introdujo en el coche, y se alejó a toda prisa del lugar.

Así comenzó el misterio: una madrugada como otra cualquiera hacia mediados de la década de los 60. Y así quedó prácticamente en el olvido, excepto para algunos habitantes del pueblo, en cuya memoria aún perduró el extraño testimonio de aquel hombre. La historia se terminó convirtiendo en una de tantas que, transmitidas de generación a generación, nunca quedan desterradas en esa peculiar Historia que es la que los propios habitantes de los pequeños pueblos escriben.

[caption id="attachment_219" align="aligncenter" width="300" caption="Antiguo lavadero de la fuente"][/caption]

[caption id="attachment_220" align="aligncenter" width="300" caption="Restos de velas y lo que parecen ofrendas florales en el lavadero, que vienen a validar la leyenda que circula por los alrededores acerca de la fuente"][/caption]

La Fuente de la Consolación se encuentra próxima a la principal carretera que atraviesa la población asturiana de Nubledo, y parece refugiarse bajo las sombras de los arboles más exteriores del próximo Bosque de Nubledo. Hace relativamente poco tiempo, el Ayuntamiento de Corvera inició unas obras destinadas a hacer viable un acceso para vehículos a la misma que hoy en día es ya una realidad. La fuente en sí goza de bastante repercusión en la zona desde hace siglos, debido a las supuestas propiedades curativas que desde siempre le son atribuidas a sus aguas. Según algunos análisis realizados, al parecer su composición de hierro es inferior a la usual, lo cual la hace más saludable y óptima para ser utilizada en cocina.

[caption id="attachment_221" align="aligncenter" width="300" caption="Paco y Luis se adentran unos metros en el Bosque de Nubledo"][/caption]

[caption id="attachment_222" align="aligncenter" width="300" caption="Tramo de profusa vegetación en el bosque"][/caption]

Muy próxima al enclave, en una zona elevada, se alza una antigua ermita con el mismo nombre. Dicha construcción fue erigida en el siglo XVI por Martín de Bango, un noble de la zona, y posteriormente objeto de remodelación hacia el siglo XIX. Según consta en la mayoría de los documentos históricos, el nombre de “Ermita de la Consolación” figura identificando esta construcción casi desde su prístina fundación. El motivo parece guardar estrecha relación con una antigua leyenda que siempre ha circulado por la zona.

[caption id="attachment_223" align="aligncenter" width="225" caption="Vista frontal de la Ermita de la Consolación"][/caption]

[caption id="attachment_224" align="aligncenter" width="300" caption="Vista lateral de la ermita"][/caption]

Según la misma, la vecina de Sabugo Josefa Villar de Bances junto con su hija, desorientadas, se encontraron perdidas en el bosque contiguo durante una penumbrosa noche. Desesperada y aterrada, la cría rompió en fiero llanto, y se cuenta que entonces la virgen se apareció para darle consuelo.

Al desplazarnos al edificio sagrado, observamos inscripciones bastante claras en una de sus paredes exteriores que datan de los años 50. Pero parece que los tintes más oscuros que adquiere la historia de la ermita, la fuente y sus alrededores, se remontan a unos pocos años más atrás. Según testimonios de las personas más ancianas del lugar, durante los tres años de Guerra Civil, fueron varios los fusilados en los alrededores de la ermita y en el bosque.

[caption id="attachment_225" align="aligncenter" width="300" caption="Inscripción del año 56 en una de las paredes del edificio sagrado"][/caption]

[caption id="attachment_226" align="aligncenter" width="300" caption="Sobre la misma pared, inscripción del año 52"][/caption]

Tampoco faltaron en el lugar extraños avistamientos en el cielo. Hace unas decadas se publicaba en algunos diarios regionales información relativa a una extraña "lluvia de bolas de fuego" que, al parecer, se observó desde las proximidades de la zona.

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