"¿Quién puede matar a un niño?" (1976)

..........Los niños son comúnmente vistos como seres indefensos e inocentes. Revoltosos a veces en su delicioso afán por consumir su niñez sin siquiera pensar en lo corta que es esta sublime etapa de la vida. Y también como sujetos débiles, sometidos muchas veces a la voluntad de sus propios padres y, sobre todo, condicionados por las acciones y las decisiones desempeñadas por los adultos.
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..........Así da comienzo esta película del año 76, concebida por el gran Chicho Ibáñez Serrador, el mismo que sobrecogió a toda una generación con sus “Historias para no dormir”. Los primeros compases muestran imágenes de niños que se ven obligados a sufrir terribles secuelas generadas por el comportamiento de los adultos, ligadas principalmente a algunos conflictos bélicos en Asia e incluso al holocausto nazi. Pero, ¿y si esa imagen de debilidad e inocencia fuese la creadora de un auténtico terror? ¿Y si cambiasen las tornas, y existiese un lugar donde fuesen los adultos los que pagasen las consecuencias del comportamiento de los más jóvenes?

..........Ese parece ser el mensaje que subyace de esta película, y del que Chicho se sirve para enmarcar su historia. Tom (Lewis Fiander) y Evelyn (Prunella Ransome) deciden pasar unos días en la costa mediterránea española. Huyendo de la masificación turística y buscando el sosiego y la calma, se dirigen a una tranquila isla a kilómetros de la costa. Una vez llegan, encuentran el recibimiento de unos críos. Pero no hay ningún adulto. A medida que avanza la película y la trama se desarrolla, la pareja irá descubriendo que la desaparición de los adultos en la isla no es algo casual, sino que tiene bastante que ver con los niños que deambulan entre las viejas calles.

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..........Desde la perspectiva del presente, 30 años en la historia del cine se antoja bastante tiempo, y es complicado disfrutar del cine clásico tras haber visto producciones más recientes que ya han exprimido de las clásicas la esencia del terror tal como lo conocemos hoy en día. Habría que situarse en la época y echar a un lado todo lo que hemos visto estos últimos años, y eso es imposible. Por ejemplo, hace unos meses vi por primera vez (aunque sea digno de sacrificio no haberla visto antes) “El Resplandor”, del enorme Kubrick. Y, a pesar de que reconozco que es una gran película, me aportó bien poca cosa, precisamente porque posteriores producciones se han cargado de ese tipo de terror y me han “inmunizado” en cierto modo. En el caso de “¿Quién puede matar a un niño?”, no me sucedió lo mismo y creo que ya dice bastante de lo “especial” que puede llegar a resultar esta película.

..........Soy de la opinión de que, cuando una obra cinematográfica consigue que alguna de sus escenas sea individualmente recordada durante años, e incluso transmitida a posteriores generaciones (como es mi caso), se convierte en una gran película, y por tanto en algo al alcance de muy pocos. ¿Y quién no recuerda la escena de esa niña que mata a palazos a un anciano, o la de la horripilante piñata?

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..........Es una película de detalles. Posiblemente desde el punto de vista de la calidad de rodaje, o incluso de interpretación (especialmente en el caso de los niños) diste bastante de ser una obra maestra. Tampoco es que goce de un argumento en exceso entretejido y fascinante, quizás ni siquiera original, pero la simplicidad con que es desarrollado lo hace sencillamente genial. Quizá el mayor punto débil se encuentre en que nunca la acción llega a adquirir ese ritmo vertiginoso en algunos puntos que tantos buenos momentos nos brinda a los amantes del terror. De hecho, en este caso es bastante homogéneo durante toda la película, salvo en algún pequeño susto y en forma de efímeros destellos. Sin embargo, en ningún momento resulta aburrida, y llega a profundizar en la psicología de los personajes lo justo para conseguir que podamos seguir la trama, sin abandonar lo esencial y tan sólo acariciando el terror psicológico.

..........En resumen, una película esencial para cualquier interesado en la etapa de oro del género, y también para quien tenga la ambición de sumergirse en el mundo cinematográfico: Por supuesto, no soy ningún especialista y posiblemente hable más desde mi propia subjetividad, pero hay escenas que, desde fuera y desde la lejanía que otorga el desconocimiento, parecen auténticas lecciones de cómo ambientar una escena, cómo trasladar sensaciones al espectador o, incluso, cómo abordar una determinada toma.

..........Altamente recomendable, y creo que también para quienes no estén tan acostumbrados a este tipo de cine. Las escenas realmente perturbadoras son más bien escasas y la película no destaca especialmente por su intensidad.

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..........Podría ser, digamos, un buen punto de partida.