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martes, 11 de enero de 2011

"Fantasmas" Chuck Palakniuk


Chuck Palahniuk, que obtuvo popularidad con la publicación de “El Club de la Lucha”, merece también un hueco en este desván. Ya consagrado, publica “Fantasmas”, una obra que llega a España en su primera edición traducida en 2006.
Todo el bucle mordaz de “Fantasmas” comienza con un anuncio. Una nota distribuida por toda la ciudad que reza: “Retiro para escritores. Abandone su vida durante tres meses. Desaparezca sin más”. Algo más de una quincena de personas acuden a la peculiar llamada. Cada una de ellas imaginando una suerte de idilio, alejados del mundo. Concentrados en la única preocupación de la labor creativa.


Nada más lejos de la realidad. Los protagonistas, liderados por el extraño Sr. Whittier, terminan encerrados en un antiguo teatro abandonado. La calefacción apenas funciona, y los víveres resultan cada vez más limitados. En este ambiente caliginoso y hostil, cada uno de los protagonistas fraguará una historia y un poema. Relatos cada vez más truculentos y oscuros que no sólo reflejan la situación de sus autores ante el súbito encierro. También nos transportarán al pasado de cada uno de los protagonistas para ayudarnos a entender cómo se han convertido en lo que son. Por qué se encuentran encerrados, justo en ese momento, en el teatro olvidado.
En contra de lo que pueda parecer, a medida que se desarrolla la trama, el aislamiento se va convirtiendo en algo mucho más voluntario y menos impuesto. De algún modo, entre el grupo se extiende el curioso convencimiento de que, cuando todo acabe, serán tratados como supervivientes de una vil tortura. El que más haya sufrido en ella, se alzará como un auténtico héroe.
Y el bucle está en marcha. Sólo hay que sumergirse en él hasta la última página.
Una vez terminado, “Fantasmas” parece en esencia una especie de antología. Una compilación de relatos distribuidos en torno a un hilo argumental que los va ofreciendo y los va enlazando. Cada uno de ellos es una exploración del personaje que los narra, de su pasado, sus miedos, odios y actitudes.

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Palahnuik ha sido muchas veces tachado de buscar impactar por impactar, hallando siempre una vuelta de tuerca más, plasmando un terror aún más profundo cuando ya parece imposible. Como si quisiese superarse a sí mismo. Algo de eso parece haber. Lo cierto es que la historia principal que configura la novela se vuelve, capítulo tras capítulo, más oscura, terrible y también irónica. Casi hasta resultar inconcebible.
Es, al fin y al cabo, otro estilo más al que quizás no estemos tan acostumbrados. Un humor más ácido que el necesario y un detallismo en las escenas “cumbre” es lo que provoca que mucha gente haya dejado el libro al instante, con una extraña sensación en el estómago. No es desde luego una novela recomendada para todo el mundo, pero en cada relato hay varias cosas que extraer si se sabe leer entre líneas. Sobre todo, mucha crítica social (mordaz e irónica, pero crítica al fin y al cabo)
El estilo de Palahniuk resulta directo y sólo cae en el detallismo en las escenas que buscan sobrecoger a quien lee. Todo se antoja muy medido. Palahniuk sabe dotar de significado a las palabras que utiliza, pero sobre todo sabe manejar las partes de la historia que evita incluir. Para que la mente del lector haga su trabajo.
Lo incuestionable es que ni el controvertido Palahniuk ni “Fantasmas” dejarán a nadie indiferente.

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