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lunes, 8 de febrero de 2016

Euforia colectiva (Alberto Hontoria)


De cuando en cuando los lectores nos topamos con novelas complejas que nos dejan un regusto singular y que van mucho más allá de las meras estructuras narrativas, personajes y sucesión de acontecimientos. Historias que, en definitiva, se antojan más que una historia y dan ese siempre distintivo paso más allá.




Conocí al autor de hoy, Alberto Hontoria, gracias a este blog y a su primera novela, “Disjecta membra”, que podéis rescatar echando un vistazo entre las estanterías del Desván. Recordaréis que apuntaba maneras, y su apuesta ya parecía decantarse hacia cauces diferentes a los más explotados en literatura, algo que los lectores avezados siempre agradecemos.


“Euforia colectiva” es su nuevo título que hoy me subo al Desván. Y en cuanto a evolución, algo que los lectores tendemos también a tener en cuenta cuando repetimos con un autor, ha sido una lectura de lo más placentera. No es esta una novela sencilla, no estamos desde luego ante ese típico page-turner tan adecuado para superar un bache lector o, prácticamente, dejarse llevar. Es más bien una historia exigente, que nos fuerza a masticarla poco a poco y, sobre todo, a digerir cada uno de sus matices y sus implicaciones.


Todo comienza con un descubrimiento científico, el que realiza la microbióloga Charlotte Cornell en su laboratorio dentro de la rutina de análisis habitual. Lo que en principio parece un microorganismo que se comporta de forma atípica se irá desvelando poco a poco como un elemento con cualidades extraordinarias. Algo capaz de atizar por completo los cimientos del entramado social en el que vivimos. No es oro, sin embargo, todo lo que reluce y la senda por la que Alberto nos encamina es la de guiarnos, a su manera, a través de cada una de las implicaciones y consecuencias que desencadenará tan descomunal hallazgo.


Si el “Y si…” es una de esas premisas tan fundamentales, de esas preguntas que todo autor debe hacerse a cada paso en su historia, esa estructura queda muy marcada en “Euforia colectiva” Porque además de una trama que se va retorciendo, de un puñado de personajes con sus miedos, sus miserias particulares y sus ambiciones, la impresión es que estamos ante un gigantesco y magnífico ejercicio de conjetura y creatividad. Una lectura que, sin desvelar más detalles sobre la trama, es una constante sucesión de tramas, temas y consecuencias más bien imprevisibles. Sin giros impostados ni imposibles, Alberto nos va llevando a su terreno y acaba proyectando ese foco de la reflexión hacia un terreno muchísimo menos científico de lo que el argumento, de primeras, podría sugerir.





Estamos ante todo un salto de calidad tras una primera novela ya prometedora. “Euforia coletiva” se antoja bastante más compleja, trabajadísima en cuanto a documentación y, sobre todo, más ambiciosa. Seguramente no sea vuestra historia si buscáis el dinamismo y el ritmo trepidante de un thriller. Pero si el cuerpo os pide una lectura más profunda, calma, de esas que conviene dejar reposar y que se cuelan durante unos días entre nuestras reflexiones diarias,  he aquí una firme candidata.