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jueves, 9 de junio de 2011

Maratón y sus fantasmas


La célebre Batalla de Maratón es una de las más conocidas, y a la vez de las más decisivas, que se han dado en la Historia de Grecia. Tuvo lugar en el año 490 a.C. y enfrentó a los atenienses con los persas, que pretendían invadirles.

Pese a contar con menor número de efectivos, fueron los atenienses quienes obtuvieron la victoria, manteniendo su territorio. Antes de ello, y según las descripciones del historiador Heródoto, más de 6.000 soldados tuvieron que dejar sus vidas en el campo de batalla.


Tras la batalla, Heródoto narra que Filípides, el soldado más rápido de entre las tropas atenienses, fue enviado a Atenas para anunciar la victoria de su bando a toda la ciudad. Tras recorrer los 42 kilómetros que mediaban entre el campo de Maratón y la ciudad de Atenas, Filípides cumplió con su misión, tras lo cual, exhausto, cayó muerto. Esta leyenda dio origen a la Maratón deportiva que conocemos en la actualidad, que transcurre a través de poco más de 42 kilómetros en homenaje al corredor Filípides.

Existe, sin embargo, otra historia posterior a la batalla que ha pasado mucho más inadvertida. La encontramos en la obra “Descripción de Grecia” del historiador y geógrafo Pausanias. En uno de sus libros, nos narra una serie de extraños fenómenos que se dan en el enclave de la llanura de Maratón mucho tiempo después del fin de la batalla.  Según Pausanias, en el lugar aún es posible escuchar el relinchar de los caballos y lo que parecen voces y sonidos de los soldados ya fallecidos:

Hay un sepulcro individual de Milcíades hijo de Cimón, que murió más tarde, después de fracasar en Paros, y a causa de ello fue llamado a juicio por los atenienses. Allí es posible durante la noche percibir el relinchar de los caballos y la luchas de los hombres. A nadie le ha sido útil llegar allí a propósito para verlo directamente, pero cuando eso sucede sin que se busque o de cualquier otro modo no incurre en la ira de los espíritus.

"Descripción de Grecia", Pausanias I, 32 3-5

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Estaríamos ante una de las descripciones documentadas más antiguas de un caso de este tipo. Existen algunos más, con elementos muy similares, sobre todo en Gran Bretaña (Somerset, entre otros) En nuestro país, destaca el caso de la población de Belchite, en Zaragoza. Castigada tras la Guerra Civil, hubo de ser reconstruida y en su parte vieja, según los testigos, es donde se dan los fenómenos: disparos, alaridos, sonidos de bombardeos y lo que parecen ser aviones que han llegado a ser incluso grabados por algunos investigadores.

¿Realidad o algo más próximo al mito, o a esas historias que perviven generación tras generación?

4 comentarios:

  1. Siempre me han gustado los clásicos. Esta historia concretamente es una de las que mas me gustan
    Besos azules
    Ana

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  2. Todo lo que tiene que ver con la Grecia Clásica tiene un algo especial que siempre me llama la atención, Ana. Lo que desconocía es que existiesen este tipo de historias tan atrás en el tiempo.

    ¡Otro beso para tí!

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  3. Dios, me has hecho recordar mis viejos tiempos de latín y griego en el instituto y esas bonitas historias de la "Iliada" de Homero y los "Mitos Griegos". Recuerdo haber leído acerca de esta batalla pero no que se hiciera alusión más tarde a esos fenómenos que describe Pausanias, como dices, estaríamos ante uno de los documentos más antiguos que evidenciarían la existencia de este tipo de fenómenos.

    Un abrazo Rober !!!!!!

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  4. Gracias por pasarte, Ana :)

    Llaman la atención todas estas historias, tan atrás en el tiempo, y como no han variado tanto en los casos más “modernos”.

    Por cierto, yo también era de los pocos que aún dimos latín y griego en el Bachillerato.

    ¡Besos!

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