Páginas

sábado, 15 de noviembre de 2008

El coste de oportunidad del progreso

·El concepto económico de coste de oportunidad es quizás uno de los pilares alrededor de los cuales se articula toda esta ciencia. Es, por definición, la pérdida que nos supone (no sólo a las empresas, sino también a cualquier individuo) el escoger una posibilidad materializada en una decisión, en detrimento del resto de alternativas que, por fuerza, hemos tenido que desechar. Podríamos decir que tiene en la necesidad de elección su causa. Por ejemplo, yo adoro la lectura, y también me encanta el cine de terror. Esta tarde, pretendo quedarme a terminar la última novela que estoy leyendo y acostarme relativamente pronto, pero unos amigos me llaman para ir a ver la última entrega de la popular saga Saw que ya está en cines, en la última sesión. Si yo acepto, el coste más evidente y que todo el mundo podría suponer son los 6,50€ que me cobrarán por la entrada, pero no sería el único. El verdadero coste de ir al cine sería el puramente monetario de la entrada, pero también el no terminar la novela que tanto anhelo terminar, y el acostarme más tarde de lo que había previsto al acudir a la sesión nocturna.

·


·El problema es que este coste rara vez es tenido en cuenta, la creencia de asociar la palabra coste a euros, dólares o yens está demasiado extendida, y en esa postura nos olvidamos de todo lo demás. En mi ejemplo, el coste de no terminar el libro que estoy leyendo no es muy elevado para mí, puesto que en cualquier rato libre podré acabarlo. Tampoco el de dormir menos horas de las habituales o de las que esperaba, porque "la siesta se inventó pa algo" Son, digamos, costes en términos meramente de tiempo. Y, aunque sin duda es de las cosas más escasas de las que disfrutamos en nuestra vida, paradójicamente son los costes que más estamos dispuestos a asumir.

·


·La RAE define la palabra progreso como avance, adelanto, o perfeccionamiento. Siempre se ha dicho, por ejemplo, que los adelantos tecnológicos suponen un progreso, por ejemplo, en el ámbito empresarial, porque facilitan los procesos productivos. Sin embargo, afirmarlo es hacer gala de un enfoque muy limitado. El progreso debería ser un término mucho más genérico, que no se enmarcase en un simple contexto de gestión de recursos, sino también social. Y ahí es donde creo que el termino progreso es, cuanto menos, cuestionable.

·


·En España actualmente, uno de los problemas de cariz social más reseñables es la elevada tasa de desempleo. En este sentido, la incorporación de tecnologías ha facilitado las labores de muchos trabajadores, pero el gran problema llega cuando la inclusión de las mismas en los mecanismos de producción no complementa el trabajo del recurso humano, sino que lo sustituye, eliminando puestos de trabajo y enviando a posibles trabajadores a la calle. La filosofía del empresario es muy simple: el precio del capital es, por lo general, más barato que el del salario (En otros países como china se invierte esta condición) Con lo cual, lo que un empresario hará será mecanizar tareas que trabajadores que dejarán de percibir su salario podrían desempeñar. Si le preguntásemos a un empresario cuál es el coste que le supone tomar su decisión, lo último que nos diría es que prescindiendo de trabajadores provoca un malestar creciente entre la sociedad, porque es un elemento de su coste total que apenas baraja: su coste de oportunidad. Ha abaratado sus costes financieros, lo demás, siendo muy optimistas, es secundario. ¿Es realmente todo esto un progreso? Cuando tenemos en cuenta este coste de oportunidad, las cosas se empiezan a ver distintas.

·


·Finalizaré con un ejemplo que además está bastante de moda en la actualidad, gracias a un reciente trabajo del prolífico Vázquez Figueroa. El coltán es un mineral con reservas relativamente escasas en nuestro planeta y que hoy en día sustenta muchos avances tecnológicos, puesto que es indispensable en la fabricación de teléfonos móviles de última generación, pantallas de plasma, e incluso en algunos usos militares y en telecomunicaciones. Escaso, caro, e inaccesible salvo para personas muy menudas, capaces de colarse por aberturas mínimas para obtener el preciado mineral. Con lo cual, son muchos los niños que se juegan cada día la vida en la obtención de coltán. De hecho, recientes datos arrojan que, por cada kilo de coltán que se obtiene, pierden la vida dos niños.

korea1

·

·Con lo cual, si el desarrollo tecnológico es, como dicen, progreso, y el coltán es una de las bases de este desarrollo hoy en día, el coste de oportunidad del progreso ya no se limita a inestabilidad social, y por supuesto no a una pérdida de tiempo ni de dinero. También pagamos el progreso con vidas humanas, muchas de ellas jóvenes, de personas que tienen realmente el mismo derecho a vivir que quien escribe, y que cualquiera de nosotros.

·


·Quizá sería el momento adecuado para preguntarnos si realmente merecen la pena tantos avances, tanto progreso, cuando estamos pagando con lo más básico de lo que la humanidad goza. Pero nadie repara en este coste. Un móvil sólo nos cuesta 100 euros, o eso creemos. Sin embargo, yo invito a todo el mundo a buscar costes de oportunidad, porque los hay prácticamente en cada paso que damos, y al fin y al cabo siempre están y estarán ahí. Si lo hacéis, descubriréis que siempre hay un coste, y que cualquier trivialidad nos puede resultar mucho más cara de lo que de veras pensamos.

4 comentarios:

  1. Primer ^^

    Ya te dije que aquí el cine nos sale más barato (hablando en euros),y que a mí particularmente muuucho más barato por ligarme al taquillero xD, pero los otros costes son iguales.

    Por ejemplo, esta tarde en vez de irme en autobús a mi otra casa me voy con mis padres. Me ahorro el billete, pero gastamos gasolina... Sale más caro, sip, pero para mí supone un menor coste porque comparto el viaje con la family... y son 2 horas más con ellos que se agradecen. Que el tiempo también es caro y para mí no es tan fácil asumirlo como tú dices ^^, lo tengo bastante en cuenta. Eso pasa cuando cuentas el número de horas que te faltan para ir a casa, para ver a quien quieres ver o para hacer algo que te gusta.

    Un besote petardo! ;P

    ResponderEliminar
  2. Ufff... da que pensar tu artículo.
    Chico culto e inteligente demuestra con simples ejemplos que somos unos materialistas... que mal royo... pobres niños :(

    A mi el cine me cuesta 6'40... si es martes, 4'60. Pero sin más... da que pensar.

    y a mi este chaval sigue sin mandarme el trabajo, y voy a perder horas de sueño por no haberlo pasado yo... si es que... me pondé ahora a estudiar un poco, o igual me leo la promesa. Si es que tengo tiempo pero no sé en que emplearlo, y al final lo malgasto pensando en que hacer.

    Muaks! :)

    ResponderEliminar
  3. Pues sí. Yo diría más bien egoístas en general que materialistas. Lo que está claro es que hay cosas que se nos escapan y, lo peor, a veces queremos que se nos escapen.

    Gracias a los dos por comentar, chicasss ^^

    ResponderEliminar