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lunes, 22 de diciembre de 2008

"Vivir del viento", Alberto Vázquez Figueroa

..........En su novela "Vivir del viento", el prolífico Vázquez Figueroa desarrolla, siguiendo su habitual línea crítica, una historia bastante común, incluso casi demasiado explotada. Un grupo de amigos, prestigiosos actores y cineastas de Hollywood, pretenden rodar un documental denunciando las actividades de ciertas empresas que se lucran basándose en una energía eólica que, en ocasiones, no es tal. A consecuencia de la elaboración de esta película, verán muy pronto peligrar sus vidas. Ciertas personas, interesadas en que todo no vea la luz, trataran de truncar la producción utilizando todos los medios posibles.

martes, 16 de diciembre de 2008

"El verso"


el-verso

Anna notó cómo la fría y húmeda hierba se clavaba levemente en sus rodillas. No era aquel, no obstante, un contacto doloroso sino más bien agradable quizá debido al sofocante calor que los primeros indicios de la tormenta habían traído consigo. Ella la había visto llegar. Había observado durante horas cómo algodones teñidos de negro habían ido ocupando, minuto tras minuto, cada resquicio del celeste naranja del atardecer.


Ahora la enlutada noche había extendido su velo desde un horizonte a otro como cada vez que una tarde moría. Y con él, la negrura del cielo había quedado sometida a la mística oscuridad de la noche. Todo el mundo parecía haber olvidado unas amenazantes nubes que, ahora ocultas, eran ya invisibles, pero se cernían sobre el recóndito emplazamiento que, años atrás, había sido un núcleo de población y actualmente conservaba tan sólo una escasa docena de habitantes.

viernes, 5 de diciembre de 2008

El pueblo maldito de Mengollo

Mengollo, Concejo de Proaza, Asturias, 1854




El párroco del cercano pueblo de Casares salía de su casa aquella soleada mañana, sin presagiar nada de lo que iba a observar, del dantesco descubrimiento del que iba a ser partícipe.


Su ruta era similar todas las mañanas, y quizá fue eso lo que le provocó ese estremecimiento que atenazó su espalda en aquel momento: Había ascendido el cerro que se alzaba sobre Mengollo. A  aquellas tempranas horas, densas e irregulares nubes de humo solían emanar de las chimeneas de la villa, alzándose hacia el cielo y confundiéndose con las nubes.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Death Melody



Desde aquella tarde, siempre había velado las noches hasta que mis ojos, sedientos tras haber agotado todas sus lágrimas, se rendían ante el cansancio.

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Nada era igual desde que Laura se había ido. Jamás lo habría previsto. Desde hacía meses, las garras de la rutina se habían cernido sobre nosotros y la relación ya no marchaba igual. Nos habíamos distanciado bastante y las continuas y escandalosas discusiones en las que nos enzarzábamos no habían hecho más que ir alejándonos día a día.

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sábado, 22 de noviembre de 2008

Saw V: El juego del miedo

·····La quinta entrega de la exitosa saga de terror "Saw" es, mayoritariamente, lo que se esperaba de ella: una nueva vuelta de tuerca a toda la trama de la que está empapada la serie de films.

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sábado, 15 de noviembre de 2008

El coste de oportunidad del progreso

·El concepto económico de coste de oportunidad es quizás uno de los pilares alrededor de los cuales se articula toda esta ciencia. Es, por definición, la pérdida que nos supone (no sólo a las empresas, sino también a cualquier individuo) el escoger una posibilidad materializada en una decisión, en detrimento del resto de alternativas que, por fuerza, hemos tenido que desechar. Podríamos decir que tiene en la necesidad de elección su causa. Por ejemplo, yo adoro la lectura, y también me encanta el cine de terror. Esta tarde, pretendo quedarme a terminar la última novela que estoy leyendo y acostarme relativamente pronto, pero unos amigos me llaman para ir a ver la última entrega de la popular saga Saw que ya está en cines, en la última sesión. Si yo acepto, el coste más evidente y que todo el mundo podría suponer son los 6,50€ que me cobrarán por la entrada, pero no sería el único. El verdadero coste de ir al cine sería el puramente monetario de la entrada, pero también el no terminar la novela que tanto anhelo terminar, y el acostarme más tarde de lo que había previsto al acudir a la sesión nocturna.

lunes, 3 de noviembre de 2008

"La pelota"

¿Qué hay más vácuo e intrascendente que una simple pelota? Un objeto, como tantos otros, que encierra montones de ilusiones infantiles, y que termina relegado a cualquier rincón con celeridad cuando abandonamos esa etapa de la vida en la que vivimos de los sueños más puros. Pero cada objeto, por inofensivo que en un principio pueda parecer, puede generar el más terrible de los horrores...



Cierra todas las puertas y ventanas y apaga todas las luces. El equipo de la web "Terror y Nada Más", web que desde aquí os recomiendo visitar, dramatiza, en su programa especial de Halloween 2008, uno de mis últimos relatos titulado precisamente así: "La Pelota" Espero que lo disfrutéis.

Desde aquí, mi más firme agradecimiento a todo el equipo de la web por el resultado final y por el trato recibido. Podéis acceder a la web desde este blog, pues la tengo enlazada en mis sites favoritos, o en esta dirección


[blip.tv ?posts_id=1432645&dest=-1]

viernes, 31 de octubre de 2008

"El Cazador de Sueños" (Stephen King)


No me he resuelto a empezar a escribir acerca de esta novela de Stephen King porque sea una obra maestra, ni mucho menos. Es una buena novela, de a las que Stephen King nos tiene acostumbrados, frenética en partes, pero también soporífera en otras (es difícil no caer en el aburrimiento en 600 páginas)

viernes, 24 de octubre de 2008

El andén número tres

Una estación. Una como cualquier otra, tan vacía de madrugada como cualquiera a aquellas horas. Luis y Cristina, una joven pareja, toman asiento en uno de los bancos que se distribuyen a lo largo del andén número tres, aguardando la llegada del tren que transportará a Cristina hasta su casa. Ambos, agotados, no pueden evitar que sus párpados caigan cubriendo sus ojos durante la espera.

Cuando Luis se despierta, la estación se encuentra sumida en la oscuridad, y Cristina no está a su lado. Al principio todo se antoja un error, cualquier caprichosa casualidad, pero a medida que vuelan los segundos, el más subversivo y atávico de los pánicos se instalará en él. Y cuando un impuntual tren se detiene al fin junto al andén, lo último que Luis imagina es que pueda acercarle hacia una verdad. Hacia una terrible e inesperada realidad...

domingo, 19 de octubre de 2008

El caso de Rudolf Fenz


A buen seguro, Hubert Rhin, agente neoyorquino perteneciente a la Unidad Específica de Desaparecidos del Estado, se mantuvo desvelado decenas de noches tras aquella peculiar jornada de verano. Corría el año 1950, y aquel día Hubert se topó con algo a lo que sin duda nunca se había enfrentado.

domingo, 12 de octubre de 2008

"Reflejos" (2008), Alexandre Aja

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"Reflejos" ("Mirrors") es una de las últimas y esperadas películas del francés Alexandre Aja, creador entre otras de producciones como "Alta tensión" o la ya algo más reciente "Las Colinas tienen Ojos" Con este film, Aja apuesta de nuevo, como ya hizo con ésta última, por la cooperación con el también guionista Gregory Levasseur.

viernes, 10 de octubre de 2008

"La promesa" (Segunda Parte)

Sumergida en el mar de sus recuerdos, cuando la corriente le arrastró de nuevo hasta el presente, no supo aventurar cuánto tiempo habría pasado hasta que Manu volvió a hablar. De pronto se lo imaginó también desnudo, luchando sin éxito por resistir el furioso envite de las olas, devorando los pretéritos senderos que siempre habían recorrido juntos. Ninguno de los dos los había abandonado nunca del todo.


- Vale... - La voz de Manu había adquirido ese tono inferior que es efecto de la melancolía. - Pero sabes que hay promesas que no se pueden cumplir. Y sabes que si hubiese podido habría cumplido la nuestra.


- Si simplemente pudiese borrar aquella tarde...


- Eso ya no puede cambiarse. No le des más vueltas...


- No puedo. No puedes pedirme eso.

martes, 30 de septiembre de 2008

"La promesa" (Primera Parte)

Promesa: expresión de la voluntad de dar a alguien o hacer por él algo. Nuestro día a día está plagado de promesas. Y no sólo tienen por objeto a los demás. También nos hacemos promesas  a nosotros mismos. “Voy a dejar de fumar” “Voy a empezar a ir al gimnasio” Pero, ¿cuántas de ellas realmente cumplimos, y cuántas no? ¿Y hasta qué punto podemos ser capaces de cumplirlas?

Esta es la historia de una promesa cumplida. Respetada hasta casi rebasar los límites de lo posible.
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sábado, 27 de septiembre de 2008

El cruce

Todo cambia. Unos vienen, otros van, y quién sabe si los que hoy se aproximan un día se alejarán sin más. Todo cambia y todo ha cambiado desde que hiciste tu aparición en ese lúgubre escenario del teatro que es la vida.


miércoles, 24 de septiembre de 2008

"Los extraños" (2008), Bryan Bertino

"Los extraños" es el primer largometraje del director nobel Bryan Bertino. Protagonizada por Liv Tyler (hija del solista de "Aerosmith" y conocida de otras producciones como "Armagedon" y "El Señor de los Anillos") y Scott Speedman.



No puede achacársele a Bryan Bertino que no haya mostrado intención con esta película. El film se inspira en el llamado creepy crowling, esa técnica utilizada en algunos de los asesinatos en serie más famosos, como puede ser el caso de los perpetrados por Charles Manson. La técnica en sí consiste en invadir la casa de las víctimas y desplazar los muebles y demás objetos personales con el fín de provocar firme pánico en las víctimas a la mañana siguiente.

domingo, 21 de septiembre de 2008

El misterio en torno a la fuente de la Consolación

[caption id="attachment_218" align="aligncenter" width="300" caption="La Fuente de la Consolación, en Nubledo"]La Fuente de la Consolación, en Nubledo[/caption]
Juan suspiró y estacionó el vehículo en el que viajaba al margen de la carretera, invadiendo el arcén derecho. Paró el motor y se apeó del coche. Había sido una noche larga, que le había provocado más cansancio del habitual para un área tan tranquila como aquella por la que le había sido encomendado velar. Miró a ambos lados y, cuando se aseguró de que no había peligro alguno, cruzó la carretera en dirección a la fuente. Estaba sediento además de fatigado, y se acercó al lugar para tratar de saciar una necesidad tan básica como aquella. Su cuerpo agradeció la frescura del agua al instante. Cuando, dispuesto a regresar al coche, alzó la vista hacia los lindes del bosque, la vio: Parecía el cuerpo de una mujer envuelto en harapos o arcaicas vestimentas inmaculadas, pero se le antojó de dimensiones desmesuradas para serlo. Además, desprendía una leve luminosidad, emitía un tímido haz de luz que terminó de horrorizarle. Dejándose llevar por su primer impulso, volvió a la carrera sobre sus pasos, se introdujo en el coche, y se alejó a toda prisa del lugar.

Así comenzó el misterio: una madrugada como otra cualquiera hacia mediados de la década de los 60. Y así quedó prácticamente en el olvido, excepto para algunos habitantes del pueblo, en cuya memoria aún perduró el extraño testimonio de aquel hombre. La historia se terminó convirtiendo en una de tantas que, transmitidas de generación a generación, nunca quedan desterradas en esa peculiar Historia que es la que los propios habitantes de los pequeños pueblos escriben

lunes, 15 de septiembre de 2008

La primera mañana

El café era amargo, como todos los que servían en el centro. Y, como también ocurría casi siempre, más caro de lo habitual. Pero no me importó. Nada de todo aquello reprimió mi necesidad de sumergirme en el nocivo calor y la calma que a mitad de mañana se instalaba en una cafetería a la que nunca antes había entrado. Quizá necesitaba resguardarme del súbito frío que se había instalado en las calles, o simplemente algo para combatir el plomizo sopor que se cernía sobre mi cuerpo.


Pedí dos cafés y tomé asiento al fondo del local, junto a una cristalera que daba al exterior.  Consulté mi reloj y observé que restaba casi media hora aún hasta que llegase el próximo autobús. Traté de sumirme en la lectura de la novela de Ellery Queen que estaba terminando. Pero las mañanas grises parecen generar en lo más fondo de nuestro ser un firme sentimiento de melancolía que potencia la lucidez de nuestros recuerdos.


Y, entre los míos, aún conservaba demasiadas mañanas nubladas entre sabores amargos. Y otros no tan amargos, pero que con el tiempo han ido caducando hasta tornarse repulsivos. Demasiadas palabras extraviadas en el tiempo, pero que de vez en cuando retornan, como impulsadas por el viento, hasta mis oídos. Frases que no querría oír pero que, indelebles en mi esencia, seguirán surgiendo ocasionalmente, reticentes a internarse en el penumbroso pozo del olvido. El pozo al que, al fin y al cabo, quizá no arrojamos tantas cosas como creemos. O queremos.


La furiosa lluvia comenzó a golpear el cristal, casi cuando ya me disponía a abandonar el establecimiento. Aquella mañana parecía delimitar los lindes del calor estival, era la primera del otoño aunque el calendario no lo reconociese. Un otoño que jamás había traído nada bueno a mi vida. Y con él, la rutina me esperaba de nuevo. Me aguardaba un año complicado, y los cambios en todos los ámbitos eran demasiado nimios como para afrontarlo con una visión optimista.


Apuré mi café y me puse en pie, avanzando hacia la puerta. Antes de salir, de modo casi ritual, me di la vuelta y atisbé entre la multitud la mesa que había ocupado. Suspiré observando el otro café intacto encima de la mesa, y me alejé deseando fervientemente que mi fiel compañera, la que a todos lados me seguía, permaneciese allí, degustando su café, al menos durante un tiempo.



Rober escucha "November Rain" de Guns & Roses

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Centralia, un pueblo fantasma

Popularmente, y sobre todo entre los más jóvenes cuya infancia y pubertad ha sido profundamente marcada por mundo del videojuego, es bien conocido el lúgubre y melancólico pueblo de Silent Hill.

Konami decidió desarrollar una terrorífica saga de videojuegos escenificada en ese recóndito pueblo, plagado de una densa niebla noche y día, que responde al arquetipo de pueblo maldito de un modo tan fiel que es imposible concebirlo de otro modo que no sea como fruto tan sólo de la imaginación de los creadores. Posteriormente, se rodó también una película inspirada en el videojuego.

Pero lo que escapa al conocimiento de la mayor parte de la gente, es que Silent Hill no es algo ficticio, sino tan real como cualquiera de nosotros.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Canto de Sirena

Un nuevo relámpago iluminó el final del pasillo. La tormenta no parecía tener intención de remitir. Mis pasos resonaban en las tablas medio podridas que emitían crujidos de protesta. Recorría el pasillo mientras mis ojos escrutaban cada rincón. El sonido de aquella voz fue interrumpido al instante por el estallido cercano de un trueno. Las gotas de agua resonaban en el techo como si de piedras se tratase, y provocaban la aparición de numerosas goteras en aquella casa abandonada.

El viento provocaba un monótono sonido que ponía los pelos de punta. No obstante, mi atención no estaba puesta en aquellos sonidos secundarios. Aquella voz, casi aquel susurro, se me metía en a cabeza y me atraía como el canto de una sirena. Aunque parecía estar cerca del foco del que procedía, no lograba entender nada de lo que decía. Parecía como si alguien estuviese cantando con una voz muy dulce. A medida que avanzaba, notaba cómo mi corazón latía cada vez más rápido. Caminaba despacio, como temiendo que en cualquier momento el suelo cediese bajo mis pies. Me acercaba ya al final del pasillo. Las piernas y las manos me temblaban. Noté cómo el sudor invadía mi frente cuando, de súbito...

jueves, 28 de agosto de 2008

Vértigo

Ahora que la senda ante mí se ha tronado abrupta y difícil, me falta cualquier resquicio de seguridad. Ahora que el alto sol del mediodía aprieta consumiéndome a cada paso y cualquier ligera pendiente me inspira la aprensión del escalador que paraliza sus pies ante una mortal y probable caída, mis pies se han cansado de caminar.


Y me hallo inmóvil al lado de la ladera por la que he de descender, preso de una infundada sensación de vértigo que se ha adosado a mi espina dorsal y derramando unas lágrimas que dejo que la fina pero constante lluvia diluya y transporte hasta el suelo, donde quizá todo mi ser, y no sólo mi llanto, habría de estar.

martes, 19 de agosto de 2008

Caminante

El caminante deambulaba por las rutas de la vida día tras día con pausado paso. No tenía prisa por alcanzar el fin de su camino y hallar así su lugar en el mundo, como solía ocurrirle en el pasado. Prefería avanzar lenta y despreocupadamente, observando los parajes que enmarcaban las rutas que recorría, y disfrutar del canto de los animales y de los seres de la noche, y del silbido del viento y el melancólico descender de cualquier arrollo. Prefería disfrutar cada instante, sin prisa alguna por perseguir su destino, junto a la oscura dama que se había cruzado en su caminar y que desde entonces avanzaba de la mano junto a él entre llanuras y valles, bosques y planicies. En ocasiones, cuando varias estrellas decoraban con su brillo el cielo de la noche y la luna les iluminaba, se detenía y ambos se acomodaban sobre cualquier rocosa ladera y observaban el velo celestial. Él la miraba y se encontraba con sus ojos, misteriosos, oscuros, hermosos, más resplandecientes que la propia luna. Después susurraba unas escasas palabras que en ocasiones conseguían arrancarle a la muchacha una inmaculada sonrisa. Sin separar unas manos que el Sol parecía haber fundido, ambos se besaban y acariciaban sus rostros.

Un día la dama decidió desviarse por otro sendero. Un último abrazo selló un adiós que se negaba a ser definitivo. Quizá algún día sus caminos vuelvan a unirlos.

Hoy el caminante prosigue, cansado, su rumbo. Apenas descansa y sólo avanza por las noches. Prefiere que la penumbra le recuerde a ella y le haga imaginar que sigue a su lado. Prefiere huir de los días pues, al echar la vista atrás, un sol incompasivo le recuerda que ahora avanza solo.

En ocasiones el sol le sorprende en algún amanecer, y el caminante llora pues aún no puede asimilar que ella se haya ido y que quizá nunca pueda volver a recorrer su semblante, a estudiar sus facciones, o a rozar sus labios.

[caption id="attachment_128" align="aligncenter" width="300" caption="En ocasiones el sol me sorprende en cualquier amanecer..."]En ocasiones el sol me sorprende en cualquier amanecer...[/caption]

Rober escucha "Venas con humo y palabras" (Marea)

viernes, 15 de agosto de 2008

Sera su forma de pensar..


Será por tu forma de pensar,
que me gustas y no lo puedo disimular.
Será por tu forma de sentir,
que mi llanto florece y me hace reír.
Porque te quiero,
porque te deseo.
Porque no podría vivir sin ti,
dame un si razonable y seré feliz.


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Como presentacion he eleguido una de las primeras poesias que escribi.. Es un placer compartir este espacio con vosotros..                                                                                       


Nuevo autor

El usuario Carlos Méndez (asturroki) es desde hoy nuevo autor de este blog. Aportará sus poemas y diversos relatos de temática medieval. También puede sugerir cualquier tipo de cambio que crea conveniente al administrador. ¡Sé muy bienvenido y gracias por participar!

jueves, 14 de agosto de 2008

La Tercera Calle

No tardó en acostumbrarse al tedio en que su trabajo la sumía, ni al penetrante olor del cloro que le causaba constantes dolores de cabeza. Todas esas dolencias fueron sepultadas por la rutina, y posteriormente asimiladas por su organismo joven. Se habituó a la soledad de las tardes de verano, cuando la piscina municipal sólo invertía fondos en mantener el sueldo de un único socorrista. A pesar de su juventud, Laura era la más experimentada en sus funciones de entre todos los empleados, y la que más tiempo llevaba cuidando de que la irritante calma del agua no se tragase alguna vida. Por eso, ya desde hacía años, se recurría únicamente a ella en el período estival.

Su sueldo no estaba mal, más aún teniendo en cuenta que, salvo ciertos aislados sobresaltos, cobraba por ocupar una silla de plástico durante siete horas todas las tardes. Pero era extremadamente anodino e incluso solitario, y sólo alguna novela decente lograba, de vez en cuando, alejarla de la monotonía. En ocasiones se preguntaba qué la depararía el futuro, qué ocurriría si algún día el mortífero aburrimiento le ganaba el pulso, o simplemente cuando su cuerpo dijese basta. Aquello era lo único que sabía hacer.

Y lo hacía bien. Había estado firmemente convencida de ello. Al menos, hasta aquella lúgubre tarde de agosto.

lunes, 11 de agosto de 2008

Entre las calles

    

     Existen lugares con los que un día nos topamos, que aparentemente parecen uno más de los múltiples escenarios en los que se desarrolla nuestra compleja vida, y en ello radica nuestra concepción primigenia. Quizá porque en la mayoría de los casos sucede de ese modo.

    

     Pero existen enclaves, ciudades, calles, paseos, plazas, playas, barrios, que se sitúan un eslavón por encima y, muchas veces por mero azar, adquieren una relevancia especial, y marcan toda nuestra existencia, proyectando reminiscencias del pasado en el presente, transportándonos años atrás, otorgándonos sensaciones y sentimientos ya pretéritos, pero nunca olvidados del todo, jamás desterrados.

    

     Aquella ciudad marcó el comienzo de una nueva etapa en mi vida, aunque no asimilé tal circunstancia, como siempre suele ocurrir, hasta que el futuro me ofreció un enfoque retrospectivo, vacuo de sensaciones, y centrado sólo en los hechos, que al fin y al cabo son los que encierran la mayor potencia y conforman la realidad de nuestro existir.

    

     Al progresar entre sus calles más céntricas ya no percibiré tan sólo la sensación de estar caminando sobre piedras plenas de historia, o disfrutando de aromas procedentes de un pasado no tan lejano, u observando edificios que gozaron de esplendor en otras épocas. Me veré también sumergido en uno de esos pozos llenos de recuerdos, de mi propia Historia que cada día se escribe, y que de vez en cuando es conveniente releer y repasar, porque de todo se aprende, y de la experiencia pasada brota la base que enriquece nuestro comportamiento más posterior.

    

     Melancolía al dejar atrás cada esquina en soledad, al rememorar otros tiempos en los que me sentía quizá más vivo, pero cierto positivismo, quizá esperanza, subyace al saber que si un día fui algo cercano a un ser feliz, nada impide que cualquier día vuelva a sonreír como un día aprendí a hacer.

    

     Porque desterrar el pasado es destruir una parte de nosotros mismos, y dicen que lo pasado nunca llega a perecer, trataré de pensar que es posible revivir de nuevo aquellas magníficas tardes (y noches), y seguiré viajando en el tiempo, mirando atrás, cada vez que pasee por el centro de esta vetusta ciudad.

 




[caption id="attachment_95" align="aligncenter" width="300" caption="...Seguiré viajando en el tiempo, mirando atrás, cada vez que pasee por el centro de esta vetusta ciudad"]...Seguiré viajando en el tiempo, mirando atrás, cada vez que pasee por el centro de esta vetusta ciudad[/caption]

Rober escucha "Far away" de Nickelback 

 

jueves, 31 de julio de 2008

Evanescentes

Rober escucha \"Hasta el Amanecer\", de Vértigo



     Sigo avanzando con cautela, y cuidando cada paso, sobre esa fina cuerda que es el día día. Trato de mantener la vista siempre al frente, y sobre todo, lo más importante, procuro no mirar atrás. Me he precipitado ya varias veces hacia el caliginoso vacío, y sólo las palabras de quienes siempre se han preocupado por mí me han dado impulso para trepar y comenzar de nuevo a andar desde el extremo de la soga. No es fácil, y no es cierto aquello de que el dolor nos hace más fuertes: Cada escalada ha resultado más compleja que la anterior, hasta alcanzar extremos de un cansancio lacerante.
 
      Inerme ante las difusas voces que proceden de tiempos pasados, tras mi espalda, materializadas en vagas reminiscencias, busco enterrarlas entre toneladas de cajas rebosantes de olvido evitando echar hacia atrás la mirada y jugar así con la posibilidad de perder, una vez más, el equilibrio. Guardo y guardaré siempre todo aquello que, en lo pretérito, dotó de la tensión suficiente a esta débil cuerda como para hacerme sentir vivo. Todo eso lo conservaré siempre porque existen recuerdos que no hay que quemar, y confío en haber logrado crear alguno de ellos que esté conservado al menos en el fondo del baúl de tu presente y tu pasado.


      Pero, flirteando casi con un egoísmo vanal, aún resta bastante trecho de cuerda por recorrer y no encuentro motivo alguno para detenerme, más aún ateniéndome a un pasado en que en un bando apenás hubo decisión, poca paciencia y nula espera.

      Queda un buen tramo de cuerda sobre la que caminar, quizá otros caminos que puedan converger en mi avanzar. Y, aunque mi semblante, sereno en exceso, rara vez se suavice para construir una sonrisa, no quiero que las pocas que puedan surgir se tornen evanescentes, sugestionadas por un pasado al que es peligroso mirar a la cara.

martes, 29 de julio de 2008

La autoestopista (Adaptación de una Leyenda Urbana)

            La lluvia golpeaba con cierta fuerza los cristales de la cabina, como tantas otras noches. El viejo motor emitía copiosos quejidos con una frecuencia preocupante. No obstante, no le di importancia. De hecho, por un lado deseaba que dejase de funcionar. Llevaba años solicitando un vehículo nuevo, más moderno y más fiable que de el que disponía. Como es de suponer, mis peticiones no habían sido escuchadas. Quizá si aquella noche el trasto me dejaba tirado, me harían más caso. Pero tampoco era aquella una noche que invitase a pasar varias horas esperando a que una grúa se adentrase en aquellas recónditas carreteras. Llegué a la conclusión de que las cosas estaban bien como estaban.


 


Un frío cortante acariciaba mi rostro tras entrar por la ventanilla abierta. Un cigarrillo terminaba de consumirse en mi zurda, que colgaba hacia el exterior por el hueco de la ventanilla abierta. Me encontraba despejado. Acababa de parar a tomarme un café en un local de las afueras al que solía acudir con cierta frecuencia. No obstante, a duras penas lograba mantener toda mi atención en la carretera. El aburrimiento comenzaba a apoderarse de mí. Bostecé, más por ello que porque necesitase realmente un descanso, y conecté la radio. Recorrí el dial durante algunos segundos hasta dar con algo de música rock. No me resultaba sencillo encontrar una emisora que realmente me agradase, pues la mayoría de ellas solían reservar aquellos minutos posteriores a la media noche para programas deportivos, un tema que no me interesaba en exceso.


 


Entré en una larga recta con el camión y aproveché para mirar al cielo. La luna apenas se dejaba ver. Un denso banco de niebla que afectaba también a mi visibilidad parecía estar empeñado en ocultarla. El viento provocaba una danza, casi sensual, en las numerosas hojas y ramas que poblaban los márgenes de la carretera. La superficie de la misma estaba ahora cubierta por un fino manto de relente que la hacía un tanto deslizante y suponía un serio peligro para una conducción agresiva. Sin embargo, por aquel lugar no solía haber mucha afluencia de vehículos, y menos en aquella época del año, por lo que el peligro era más bien relativo. Todo transcurría con absoluta normalidad cuando, justo a la salida de una curva, los potentes focos de mi camión dejaron ver una figura femenina en el arcén. Cuando vio que me acercaba, alzó su diestra con el pulgar hacia arriba. Parecía una chica joven. No llevaba mochila o equipaje alguno. Me extrañó verla en aquel lugar. No acostumbraba a encontrarme a mucha gente por allí. Detuve el vehículo. Acostumbraba a recoger frecuentemente a muchos autostopistas. A mi no me costaba nada llevarlos y ellos eran, por lo general, muy agradecidos. Además, quizá pudiese darme un poco de conversación, lo cual me hacía gran falta pues los bostezos eran cada vez más continuos.


 


            La muchacha agradeció tímidamente mi gesto nada más subir al camión. Era delgada, de tez pálida, cabellos marrones y rostro alargado. No calculé que tuviese más de veinte años. Le pregunté adónde iba y me pidió que la dejase en Alemonte, un pequeño pueblo que se encontraba a unos diez kilómetros al este de donde nos encontrábamos. Le hice numerosas preguntas durante el trayecto. Ella contestaba siempre de forma fría y muy escueta, sin mirarme a la cara. Mantenía su enigmática mirada en la carretera, sin inmutarse. Yo la miraba cada poco. Gozaba de una belleza extraña, camuflada en un aspecto desaliñado, como si llevase varios días sin asearse. No pude sonsacarle demasiada información porque el trayecto no fue excesivamente largo. Solo recuerdo que me dijo que no tenía familia, que vivía con su novio. Creo que también mencionó que trabajaba como cajera en un supermercado.


 


            Llegó un momento en el que nos adentramos en un tramo boscoso, mucho más oscuro lógicamente que el resto del recorrido. El suelo estaba mucho más húmedo y el vehículo parecía resistirse a cumplir mis órdenes en cada viraje. Las curvas eran cerradas, habiendo casi detener el vehículo para poder afrontarlas con éxito. La densa niebla parecía haberse disipado y la luna volvía a estar visible presidiendo el cielo. Giré el volante a mi izquierda para completar una compleja maniobra y me encontré ante una recta bastante prolongada. Aceleré hasta cambiar de marcha.


 


                  -Cuidado. – Susurró ella con un tono serio y de cierta intranquilidad, aunque sin realizar ningún movimiento que hiciese apreciar algún resquicio de ansiedad.


                  -Tranquila mujer... No pasa nada... Conozco bien...


                  -Ten cuidado. – Reiteró.


                  -He pasado por aquí muchas veces. No nos pasará nada, créeme. –Insistí sin abandonar la atención que tenía puesta en la carretera. Ella se mantuvo en silencio entonces durante unos segundos, hasta que una nueva curva se hizo visible.


                  -Ten cuidado... – Dijo elevando un brazo y señalando al frente. – porque en esa curva me maté yo.


           


            Pisé súbitamente el freno y las ruedas chillaron sobre el asfalto húmedo. El camión quedó atravesado entre los dos carriles. Giré mi cabeza con el semblante desencajado. A mi derecha no había ya nadie. 

Nueva autora

La usuaria Arantxa García (aran90) es desde hoy nueva autora en este blog. Como tal, puede publicar cualquier tipo de entrada del contenido que lo crea pertinente, y solicitar al administrador nuevas categorías en las que sus textos puedan encajar mejor, así como cualquier circunstancia que crea pertinente.

¡Bienvenida al blog y muchas gracias por participar!

domingo, 27 de julio de 2008

Prólogo

            Los comienzos siempre son difíciles, en todos los ámbitos. Existen personas que consiguen adaptarse mejor a los cambios, y otras que encontramos más dificultades en hacerlo. Para nosotros los comienzos resultan aún más complejos.


 


            Lo cierto es que llevo bastante tiempo intentando crear un espacio así: un rincón, una especie de diario que no va a ser tal, puesto que será enriquecido de contenidos sólo cuando dos poderosos factores se alíen, permitiéndomelo: el tiempo (de por sí escaso) y la iniciativa (demasiado irregular en mi caso) Pero tampoco he pretendido generarme una obligación con su creación. Creo que sin duda la base de cualquier blog son las palabras, más escogidas o menos, más estilizadas o más cotidianas, y no tiene sentido fijarse un objetivo en cuanto a su cuantía o frecuencia.


 


            Soy una persona extremadamente tímida y reservada, incluso con las personas que concibo como más cercanas. Puede decirse que soy un “hombre de pocas palabras”, quizá porque evito lo trivial, o quizá (seguramente) porque simplemente ésta es mi naturaleza.


 


Posiblemente, frente a un papel, sea más elocuente. Desde crío adquirí el fantástico hábito de la lectura y jamás lo abandoné salvo en los períodos excepcionales y puntuales que cualquier estudiante conoce. Cuando obtuve ciertas bases, comencé a crear, con el desorden y la ingenuidad propia de un principiante. Los comienzos siempre son difíciles, en todos los ámbitos. Pero la perseverancia pudo más, y hoy en día escribir es otro hábito que me enorgullezco de mantener.


 


Del mismo modo que  no soy un hombre de abierto trato, tampoco soy un escritor prolífico. Soy un fabricante de frases ocasional, puesto que solamente cuando doy con algo que contar, lo hago. Las palabras forzadas son sólo trazos tan vacíos como el alma de cualquier brutal asesino (salvando, siempre, las distancias)


 


A partir de los próximos días, y con variable frecuencia, traeré a este rincón no sólo mis puntuales reflexiones, sino también algunas de las historias que en mi mente se han ido fraguando durante todo este tiempo, y aún se siguen generando, y a las que he querido dar salida en forma de relatos. Deseo que al lector le atrapen del mismo modo que al autor le hechiza el propio argumento hasta que lo ve consumado. Del mismo modo, varios autores amigos colaborarán ocasionalmente en este blog.


 


Ciertas noticias y demás contenidos tendrán cabida además en este pequeño rincón cuya puerta se encuentra entreabierta para aquel que tenga a bien echar un vistazo. Bienvenidos al Desván de las Palabras.